|Capítulo 37: Mutuo acuerdo|

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Permanezco porque aún queda esperanza

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Permanezco porque aún queda esperanza. Permanezco porque sé que, en el fondo de este abismo forjado por manos no aptas, hay una luz que aún no he alcanzado, una verdad que aún no he descubierto.

 Permanezco porque sé que, en el fondo de este abismo forjado por manos no aptas, hay una luz que aún no he alcanzado, una verdad que aún no he descubierto

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Refugios subterráneos sellados, ubicación imprecisa.

Dos largos días transcurrieron desde que Virav se marchó a la superficie. No obstante, para quienes permanecían en las profundidades, esas jornadas parecían moverse con una lentitud insoportable, como si fueran ciclos enteros.

Durante ese tiempo, los nativos vivieron en un estado constante de tensión y ansiedad.

Para defender a los que todavía se refugiaban en las profundidades, varias unidades de soldados se organizaron. Se formaron equipos compuestos por nativos decididos a enfrentar cualquier peligro que acechara en la superficie. Tres grupos fueron enviados en cada uno de los dos días que habían transcurrido, pero ninguno de ellos había regresado. Aunque todos mantenían las esperanzas en sus corazones de que estaban bien.

En el tercer amanecer, la séptima unidad de búsqueda se conformó por Aleury, Arjhan, los mellizos Narak y Naith, aunque este último había enfrentado la desaprobación de muchos. Sin embargo, en momentos de crisis, la necesidad de cualquier mano adicional superaba las diferencias personales.

La esperanza era un bien escaso cuando emergieron de los refugios especiales en busca de sobrevivientes de los grupos anteriores. El panorama no era alentador; la superficie se había convertido en un campo de batalla. Con cada rincón explorado, el desolador silencio y la ausencia de vida se convertían en una dolorosa confirmación de la devastación ocurrida.

La unidad rastreó las tierras con exhaustividad, buscando signos de vida entre los escombros y las ruinas. No estaban buscando sólo sobrevivientes, sino también cualquier rastro de información que pudiera arrojar luz sobre el Guerrero Oscuro y sus subordinados.

Se encontraron con escenas de destrucción y caos, pero ninguna señal de seres vivos que no fueran adversarios.

A la par que se desplazaban, recopilaban información crucial: señales de las unidades enemigas involucradas en el conflicto, indicios de la magnitud de las batallas que se habían librado y algunas pistas que revelaba la dirección a la que podrían dirigirse. Además, recogieron todos los suministros que podían llevar consigo. Empero, en Kaha fueron rodeados por un par de enmascarados que custodiaban el perímetro. Naith y Arjhan tomaron la iniciativa y se enfrentaron a esos oponentes para dar a Aleury, a los mellizos y a la Emperatriz de Oge el tiempo necesario para escapar.

|Una memoria perdida|Where stories live. Discover now