|Capítulo 34: A través del tiempo|

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El Ha posee afinidades innumerables

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El Ha posee afinidades innumerables. Se manifiesta de tantas formas que son naturales para aquellos que lo conocen desde sus orígenes. Sin embargo, es un misterio para la humanidad. Manaia se los entregó, y no supieron qué hacer con él.

 Manaia se los entregó, y no supieron qué hacer con él

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Gran Nación Rosur, tierras monárquicas de Argia.

El rostro de Raxki palideció, sus ojos moribundos se dirigieron hacia la sutil presencia de su antiguo alumno que apareció en medio de aquellas inhóspitas cárceles subterráneas.

Sus labios y manos temblaron de tal manera que, si no hubiera estado sentado, habría caído. Pero en lugar del rostro familiar que alguna hacía más de decenas de ciclos había visto, se topó con una máscara que portaba el símbolo de un kauri muerto. Esa el mismo que recordaba con claridad después de haberlo visto en el Guerrero Oscuro, el día en que lo traicionó.

El recién llegado se detuvo a una distancia prudente de la reja de phazite.

—¿Qué haces aquí? —cuestionó Raxki, retrocediendo hasta chocar con la pared de pedralma.

—Oh, ¿por qué tan nervioso y sorprendido? Sabías que este día llegaría tarde o temprano, maestro —pronunció Tahi con serenidad—. Firmaste tu sentencia de muerte el día en que aceptaste ese sello y traicionaste a mi señor. Sólo vengo a cobrar una deuda.

—¡No, espera! —exclamó, sin atreverse a acercarse ni hacer ningún movimiento brusco—. ¡Esto no es parte de nuestro plan!

—¿Te refieres a la mediocridad que me diste a conocer hace tanto tiempo? —Tahi dejó escapar una estrepitosa carcajada, negando con suavidad—. Oh, ¿olvidé mencionarte que era una porquería? Jamás iba a funcionar. Además, después de que mi señor te permitió vivir, ¿quieres traicionarlo por segunda vez?

—No, no, no es así —manifestó, nervioso—. Los estoy engañando, ¡no diré una palabra! ¡Los Tsarki son fáciles de manipular!

Tahi chasqueó la lengua.

—¿Te atreves a insultar la casta de mi amada?

—¡No!

—Como sea, no sirves para esto, así que es mejor que nuestro pequeño secreto quede grabado en tu memoria y sellado con tu muerte.

|Una memoria perdida|Where stories live. Discover now