|Capítulo 26: Ceremonias: Propuesta y Unión|

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La humanidad tiene un dogma arraigado desde los primeros albores; lo siguen manteniendo: «Mientras las estrellas cubran el vasto éter, nuestros antepasados nos observan desde las alturas, bendiciendo nuestro camino con la promesa de un nuevo amane...

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La humanidad tiene un dogma arraigado desde los primeros albores; lo siguen manteniendo: «Mientras las estrellas cubran el vasto éter, nuestros antepasados nos observan desde las alturas, bendiciendo nuestro camino con la promesa de un nuevo amanecer». Quizá sea parte de la respuesta que no logro alcanzar.

 Quizá sea parte de la respuesta que no logro alcanzar

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Región Vikeesh, tierras de Kihoi.

La noticia del regreso de los ascendidos del calendario lunar pasado, se propagó con celeridad.

El jerarca de Vikeesh, en conjunto con los regentes, organizaron una ceremonia especial para otorgarles el certificado que les correspondía junto con un collar labrado en minerales precioso.

El Campo Principal, donde se realizaría el evento, estaba adornado con los estandartes que representaban a las tierras. Los soldados ascendidos, vestidos con sus uniformes impecables, formaron una línea frente al Leier y otros miembros destacados del ejército y del Consejo.

Cada soldado ascendido recibió reconocimiento.

Para ellos, el orgullo de haber alcanzado ese hito en su carrera militar, la alegría de ser honrados por sus superiores y la gratitud hacia sus compañeros de armas que los habían apoyado en cada paso del camino, era maravilloso.

La ceremonia finalizó con un banquete.

Virav sostenía el collar en sus manos con cortesía, admirando cada detalle majestuoso y elegante, labrado en su superficie. El emblema del koru que representaba a Kihoi, labrado con finura en jadelith puro y retoques de amethysa, resplandecía bajo la luz. Era un recordatorio constante de que estaba en el camino correcto hacia su objetivo final: alcanzar la paz.

Soltó un suave suspiro.

Aunque había alcanzado una de las metas que se había propuesto, aún quedaba por completar su formación ante el Consejo Supremo y ascender un rango más en la clasificación de soldados. Era consciente de que el camino hacia la paz era largo y exigente, pero ahora se sentía más cerca que nunca de conseguirlo.

Luego del evento, tuvo que viajar junto a otro par de soldados hasta las lejanas tierras de Maa para rendir informes al Consejo. En un principio parecía un trámite rutinario, pero el procedimiento de entrega de informes llevó casi dos meses en completarse.

|Una memoria perdida|Where stories live. Discover now