Capítulo 12

282 13 2
                                    


La frustración que sentía en este momento no puede describirse en palabras, simplemente no puede.

Estoy haciendo las maletas, practicando discursos que no suenen sospechosos para mi familia y la familia Addo.

Es jueves por la mañana, y llevo sin parar ya unas cuantas horas. Después de la boda, tenía que irme directamente a casa de Addo, y ni siquiera sabía por cuánto tiempo, así que estoy tratando de que todo quepa en su sitio y que no me falte nada allí. A todo eso súmale que estaba intentando hacer sonrisas de alegría máxima para que la gente de verdad crea que estoy contenta.

Mientras arreglo las cosas y organizo mis maletas, me suena el móvil y me levanto a cogerlo.

Era Addo.

- Hola - le digo nada más coger el teléfono.

- Buenos días - me dice y se queda callado, se escucha que estaba conduciendo.

Y como veo que no dice nada, hablo yo.

- ¿Qué quieres? ¿Por qué me llamas? Estoy muy ocupada y si vas a estar callado sin decir nada, no tengo tiempo.

- Pensé que ya habíamos hecho las paces, me hablas como si te estuviera molestando - me interrumpe el descarado.

- No, no parece que me estés molestando, es que lo estás haciendo, y no entiendo por qué llamas y no me dices qué quieres y me dejas seguir con mis cosas.

- Vale, solo te llamaba para decirte que el chófer vendrá a tu casa a llevarse las cosas a mi casa - Me dice y hace que me sienta un poco mal - Vendrá hoy a las 12, cuando te vayas a ir al aeropuerto dáselas, que él se las lleva ¿entiendes?

- Sí, entiendo -, respondo, sintiéndome un poco culpable. - Y perdona por hablarte así, tengo muchísimas cosas que hacer y cuando te has quedado en silencio, pensé que estabas llamando solo para molestarme.

- No importa, solo asegúrate de tener las cosas listas cuando el chófer llegue - responde en un tono que parece indicar cierto enojo.

- De acuerdo, nos vemos mañana. Adiós - me despido tratando de ser amable.

- Chao - responde Addo y cuelga.

Astaghfirullah, últimamente es una mierda tras otra.

Me tomo un momento para recuperar la calma antes de seguir organizando mis cosas y asegurarme de que estén listas.

Nuestro vuelo salía a la 1, pero teníamos que estar en el aeropuerto unos minutos antes para pasar los controles rápido.

Fui la primera en acabar de recoger todas mis cosas y ahora solo estaba ayudando a mi hermano con las suyas. Él no se iba a llevar gran cosa, solo dos trajes que se iba a poner en la boda, pero como quería llevarse cien perfumes diferentes, pues tenía que ayudarlo a escoger cuáles.

Cuando terminamos con todo, le toca a él ayudarme a bajar las maletas, así que estábamos bajándolas todas y hubo ocasiones en las que casi nos caemos por las escaleras acompañados de las maletas.

- Madre mía, ¿qué es lo que llevas aquí? - se queja mi hermano cuando ya casi íbamos a terminar.

- Lo necesario - digo, y miro alrededor para ver si mis padres no estaban antes de decir - porque no quiero que me falte nada y que él se ofrezca a comprarlo.

- Llévate tus tarjetas de crédito, si quieres algo, te lo compras tú - me dice.

- Hombre, claro que las llevo conmigo, pero no quiero gastar en cosas que ya tengo, no soy como tú - le digo señalándolo.

Él era el típico que no le importaba perder sus cosas, porque según él "siempre podía comprarse otras nuevas", en cambio yo, por mucho dinero que tenga, prefiero no gastarlo a lo loco.

Mi hermano y yo seguimos hablando un buen rato más, esperando a que nuestros padres terminen de arreglarse cuando suena el timbre.

- Es el chófer, ya voy yo - le digo a mi hermano mientras voy a abrir la puerta.

Cuando la abro, me encuentro con un hombre de unos 40 años, con traje y altísimo, recuerdo que tenía que levantar la cabeza para hablar con él.

- Señorita Yasmine? - me pregunta y yo asiento.

Aunque el hombre insistió en que no, mi hermano le ayudó a meter las maletas en el coche y cuando terminaron, nos despedimos de él y se fue.

Ahora nos tocaba irnos al aeropuerto, mis padres ya habían salido y mi hermano ya estaba esperando en su coche.

En el camino al aeropuerto, casi todos estaban callados, y mi padre se estaba quedando dormido y yo tenía que vigilarlo, es comprensible que tenga sueño, son las doce y media de la noche.

Pasamos todos los controles a tiempo y nos subimos al avión, a mi hermano y a mí nos tocó juntos, alhamdulillah, porque no soportaría estar con un desconocido al lado en un viaje tan largo.

Cuando llegamos, eran las 4:33 de la mañana, terminamos con los otros controles después del aterrizaje y afuera nos estaba esperando un taxi. Nos subimos y ya íbamos camino al lugar donde iba a ser la boda.

La isla de Man era preciosa, llena de árboles por todos lados y podías ver el mar desde cualquier lado al que miraras, era súper bonito todo, me hubiera gustado que mi boda de verdad hubiera sido en un sitio como este.

Sin darme cuenta, me había quedado dormida todo el trayecto, pero no me culpo, era todo tan tranquilo y nadie hablaba que me acabó dando sueño.

- Yasmine, Yasmine... - escuchaba mi nombre una y otra vez.

- ¡YASMINE! - me grita mi hermano y termina despertándome.

- Tienes que ver esto, despierta - dice mientras me coge del brazo para sacarme fuera del coche.

**

Holaaa, este capítulo se supone que no acababa aquí, pero tuve que acortarlo porque era muy largo y iba a aburrir mucho.

Insha'alah os guste 🖤.

Un Giro Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora