Capítulo 29

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Después de una serie de preguntas y exámenes, el médico confirmó que mi tobillo no estaba fracturado, pero necesitaba usar un yeso para asegurar que sanara correctamente. La enfermera comenzó a preparar todo lo necesario para colocar el yeso, y mi mente se llenó de pensamientos mientras esperaba.

Addo permaneció a mi lado, su mirada preocupada mientras observaba el proceso. Me sonrió con suavidad, intentando transmitir calma a través de su expresión. Después de unos momentos, la enfermera comenzó a aplicar el yeso con habilidad. Sentí la sensación fría y húmeda mientras el material se endurecía alrededor de mi pierna. Miré hacia Addo, mi expresión un poco incómoda pero intentando mantener la calma.

- ¿Estás bien? - preguntó Addo, su voz llena de preocupación.

- Sí, solo es un poco extraño - respondí, intentando sonreír.

Con el tiempo, el yeso tomó forma y se secó, sosteniendo mi tobillo en su lugar. La enfermera finalmente terminó y me ayudó a sentarme de nuevo.

- Estarás bien en unas semanas, Yasmine - dijo la enfermera con una sonrisa.

- Gracias - respondí, agradecida por su atención.

Con su ayuda, me puse de pie una vez más, y Addo colocó una mano alrededor de mí para apoyarme mientras salíamos de la habitación y con la otra sujetaba mi bolso y los tacones. Sentía un poco de torpeza mientras cojeaba, pero sabía que el yeso me ayudaría a sanar.

Cuando llegamos al coche, Addo abrió la puerta y se aseguró de que estuviera cómodamente sentada. Cerró la puerta y se dirigió al asiento del conductor.

- ¿Cómo te sientes? - preguntó, su mirada fija en mí.

- Un poco incómoda, pero ya no me duele como antes - respondí, mirando el yeso.

Addo asintió, su expresión suave mientras arrancaba el coche. El trayecto de regreso a casa fue tranquilo, y aunque el dolor persistía, me sentía mucho mejor.

Cuando llegamos a casa ya había oscurecido, y las luces de la casa estaban cerradas, supuse que ya estaban dormidos. Addo me dejó con cuidado en la escalera de la puerta y sacó su teléfono y llamó a Malik para que nos abriera la puerta, no quería despertar a sus padres.

Después de un breve momento, la puerta se abrió, y Malik apareció en la entrada, bostezando y frotándose los ojos.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó, frunciendo el ceño al verme cojeando.

- Yasmine tropezó y se hizo daño en el tobillo. Pero no es nada grave - explicó Addo en voz baja.

Malik asintió y nos hizo un gesto para que pasáramos. Con cuidado, Addo me ayuda a entrar en la casa, y Malik cerró la puerta detrás de nosotros.

- ¿Necesitáis algo? - preguntó Malik.

- No te preocupes, Malik. Gracias por abrir - le respondió Addo.

- Vale, pues hasta mañana - se despidió Malik antes de subir las escaleras.

Addo caminó junto a mí con cuidado por los pasillos. Mientras caminaba hacia la entrada de la habitación, nuestra cercanía era innegable. Cada paso que daba junto a él, sintiendo su cercanía y el sostén firme de sus brazos sobre mi cadera, hacía que mi corazón latiera un poco más rápido.

Cuando llegamos, empujó la puerta suavemente con el pie y entró, depositándome con cuidado en la cama. Mi tobillo dolía más de lo que estaba dispuesta a admitir, pero me esforcé por mantener una expresión calmada.

- Gracias por llevarme hasta aquí - dije, mi voz suave mientras lo miraba.

- No hay de qué, Yasmine. Tú viniste conmigo a Escocia sin pensarlo dos veces, creo que te mereces esto y mucho más - respondió sorprendiéndome.

Y con sus palabras, el torbellino de emociones en mi interior volvió a surgir.

- Ojalá fueras así de caballero todo el tiempo - dije, disimulando mi nerviosismo.

- Claro que lo soy, pero a veces me tomo un tiempo para demostrarlo - respondió con una sonrisa, y no pude evitar sonreír también, sintiendo cómo mi corazón se derretía un poco más.

Después, el silencio se apoderó de la habitación, y nuestras miradas se mantuvieron durante un instante que pareció eterno. Finalmente, Addo rompió el contacto visual y dio un paso atrás.

- Deberías descansar y poner tu tobillo en alto. Eso ayudará a reducir la hinchazón - recomendó, su voz suave mientras colocaba una almohada debajo de mi pie enyesado.

Después de que Addo se asegurara de que estaba cómoda en la cama, se fue al baño para cambiarse. Mientras tanto, yo me quedé recostada en la cama. Con cuidado, me quité el hijab y lo dejé a un lado.

Escuché la puerta del baño abrirse, y Addo salió. Mientras él se aproximaba, intenté acomodarme en la cama sin mover demasiado mi tobillo herido. Observé cómo Addo salía del baño, vestido con una camiseta y pantalones cómodos.

- ¿Estás cómoda? - preguntó, su voz suave mientras se acercaba.

Asentí, ofreciéndole una pequeña sonrisa.

- Sí, gracias. No te preocupes por mí, estoy bien - respondí.

- Escucha, Yasmine. Esta noche, voy a dormir en el suelo. No puedo controlar mis movimientos cuando estoy dormido, y tengo miedo de hacerte daño si me muevo involuntariamente - admitió.

- No tienes que hacer eso. No quiero que duermas en el suelo por mi culpa - dije, sintiendo que no era necesario que renunciara a su comodidad por mí.

- No, es mejor así. No quiero correr el riesgo. Estaré bien - respondió, sacudiendo su cabeza.

- Está bien. Si eso te hace sentir más tranquilo, pero si tienes frío o algo en medio de la noche, puedes subir, no me molesta - respondí.

Addo me dedicó una sonrisa y comenzó a preparar un espacio en el suelo junto a la cama. Colocó algunas almohadas y una manta para hacerlo más cómodo.

- Buenas noches, Yasmine. Si necesitas algo, llámame - dijo con gentileza antes de apagar la luz y acomodarse en el improvisado lugar.

La habitación estaba sumida en la oscuridad, solo iluminada por la luz tenue de la luna que se filtraba por las cortinas.

Mi mente se sumió en los recuerdos del momento en que Addo me había levantado en sus brazos, cómo había sentido el latido constante de su corazón a centímetros de mi rostro. Cada detalle de esa experiencia se grabó en mi memoria, desde la manera en que sus brazos me sostenían con seguridad hasta la sensación eléctrica que había recorrido mi piel al estar tan cerca de él.

Mis pensamientos finalmente se desvanecieron mientras me sumía en un sueño inquieto. Y aunque mi cuerpo descansaba, mi mente seguía girando en torno a Addo, tratando de comprender lo que sentía y cómo podría hacerlo desaparecer.

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Holaaa!! Como estáis?? Espero muy bien, yo estoy  bien allhamdulilah y por cierto que os parece la nueva portada. Sed sinceros 😭.

Espero os guste 🖤.

Un Giro Inesperado Where stories live. Discover now