Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)

12

Capítulo 12

El festival de las flores I

Shen descubrió que un año podía pasar más rápido de lo que imaginaba.

No estuvo más de dos meses de reclusión, pero habían sido los dos meses más fructíferos de toda su vida. Su cultivo al fin había dado grandes avances y podía sentirse satisfecho con su gran logro. Yue lo había notado cuando salió, sus ojos brillando orgullosos. Shen sonrió, orgulloso de sí mismo también.

Cuando retomó sus clases descubrió que los discípulos mayores que había dejado a cargo no lo habían hecho mal, pero seguía prefiriendo ser él quien diera las clases. Sus discípulos parecían pensar lo mismo ya que al verlo regresar lo rodearon con un coro de Shizun regresó. Todos los niños prácticamente se le abalanzaron, queriendo mostrarles sus avances. Ming Fan le informó que nadie había infringido ninguna regla, salvo Zhang Hua quien había roto un guqin viejo. Pero todo tenía una explicación. Una explicación que Shen encontró...curiosa.

Resultaba ser que Zhang Hua había ido al bosque con otros tres discípulos a practicar guqin. Un par de discípulos de BaiZhan los habían visto y habían querido molestarlos. Zhang Hua quiso arreglar las cosas por las buenas, pero los discípulos de BaiZhan eran molestos así que Zhang, quien era el mayor de todos los discípulos, usó el guqin para golpearlos hasta que se fueron. Su castigo fue copiar diez veces el libro de reglas de QingJing. No estaba mal.

Durante esos meses el sistema no le dio más misiones, más que las habituales de ayudar a Luo Binghe en las clases o aceptar lo que le llevaba a su casita de bambú. No era algo que no viniera haciendo ya. Solo que esta vez se agregó la cena. Tal parecía ser que el desayuno y el té de la tarde no eran suficientes, ahora Luo le llevaba también la cena. Algo liviano y con más vegetales que carne. Por un tiempo apenas probaba un poco, comiendo menos de la mitad. Pero desde hacía un mes comía por completo la cena que el niño le llevaba con tanta felicidad.

Nunca iba a comprender el motivo por el cual Luo Binghe parecía ser tan apegado a él. ¿Sería porque cuando entró a CangQiong su madre no había muerto hacía mucho tiempo? Quizás había sido eso. Él era una figura de autoridad, un maestro, un adulto. Tenía algo de sentido que Luo se apegara a él.

Las cosas habían mejorado para su pico en ese tiempo. Desde la paliza con el guqin los de BaiZhan no volvieron a acercarse a molestarlos, salvo en una sola ocasión, pero QingJing se encargó de ahuyentarlos con éxito. Pero a pesar de tanto esfuerzo y entrenamiento, de nuevo habían salido segundos en el Duelo Anual de los Doce Picos. Eso impulsó a sus discípulos a querer estudiar más las técnicas de QiongDing y todo lo que tuvieran que saber para poder ganarles el próximo año.

Shen, al verlos tan determinados, decidió ayudarlos. Para eso habló con Yue y le dijo que sus discípulos necesitaban más entrenamiento y preguntó si era posible enviar a un par de ellos a entrenar con sus discípulos. Yue no vio nada de malo y así Shen infiltró a cuatro de sus discípulos en QiongDing, donde entrenarían en el lugar secreto del primer pico y aprenderían sus técnicas. Ya si Qi-ge lo consideraba traición, no podía hacer nada. Él solo quería ver a sus discípulos felices.

Durante esos meses también, Ning Yingying le había preguntado, en una de sus tardes de té, si además de la espada existían otras armas o técnicas con las que ellos podrían pelear. Shen fue sincero, le dijo que las había pero que la dualidad hombre-espada era parte del cultivo de la secta CangQiong y no podía hacerla a un lado solo porque sí. Su discípula afirmó que no era eso, sino que quería sumar algo más a sus conocimientos. Al otro día Shen le facilitó un par de libros que hablaban de otras técnicas que podía usar, recordándole que la espada era algo que debía seguir practicando.