Extra 9

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Extra 9

El transmigrador y el Rey de Hielo II

Shang Qinghua no entendía por qué, de un día para otro, las cosas cambiaron tanto. No solo en el trato de Mobei-jun hacia él, que se había suavizado notablemente, sino también en Shen Qingqiu. El villano escoria que creó, aquel que abusaría del protagonista hasta que este fuera a buscar venganza en su contra, estaba entrenando a su pico y volviendo a esos abusivos niños en...mejores personas.

¡Shang Qinghua nunca antes escribió algo así! Y lo peor de todo, era que el sistema le había descontado puntos al respecto. ¡Puntos! ¡Shang Qinghua ni siquiera sabía que tenía puntos que juntar, su sistema nunca antes se los había dado! ¡Pero sí se los estaba quitando!

¡Sistema dada, no seas tan cruel con esta pobre alma en pena!

Saliendo de sus problemas con el sistema, que ya le había dado una misión para que Shang Qinghua continuara con su propósito en ese mundo, lo impresionante era el cambio repentino de Mobei-jun para con él. Lo de Shen Qingqiu podía llegar a dejarlo pasar, no era como si contactara con él seguido o fueran los mejores amigos. No era el mejor amigo de Mobei-jun tampoco, su hijo no tenía amigos, pero que ya no lo tratara como lo estaba haciendo era...inaudito.

Anteriormente, Mobei-jun iba a su habitación y ocupaba su cama o sus cosas cuando Shang Qinghua las necesitaba, como si se burlara de él porque era más fuerte que este pequeño cultivador de CangQiong. También solía tratarlo como un estorbo, dándole uno que otro golpe para que entendiera su posición.

Pero ahora, eso no pasaba. Mobei-jun no lo golpeaba, no se burlaba de él y cuando veía que necesitaba la cama o cualquier cosa que él estaba usando, se la dejaba libre para que la tomara. Las primeras veces, Shang Qinghua tanteó el terreno, como un roedor asustado. Pero ahora sabía que no era necesario, no era una trampa de Mobei-jun, era un gesto sincero. Y aunque aliviaba de cierta manera a Shang Qinghua, por otra parte, era inquietante. Su hijo no era así, era un demonio frío como el hielo, peligroso como una tormenta de nieve, duro como las montañas.

¿Qué había pasado para que cambiara tanto?

—Ahm, mi Rey, si está interesado, mañana los discípulos de BaiZhan saldrán a una expedición cerca de las montañas del sur. Sé que quería usted probar sus habilidades, creo que esa es una buena oportunidad.

Mobei-jun asintió, pero no dijo nada. Solo lo observó en silencio, mientras Shang Qinghua intentaba concentrarse en el pergamino frente a él. Sabía que era algo para XianShu, pero las palabras bailaban frente a sus ojos y era casi imposible para él entender si era algo que las chicas estaban pidiendo o era una respuesta de algo que habrían enviado. Tal vez su hijo no se daba cuenta, pero su mirada era pesada y podía incomodar a cualquiera.

No sabía cómo quitárselo de encima sin recibir un golpe. Aunque considerando el trato que últimamente le estaba brindando Mobei-jun, Shang Qinghua no estaba seguro de si sería golpeado o no.  

La intensa mirada de Mobei-jun era demasiado molesta. No sabía qué más decir que al señor del desierto del norte le importara más que mirarlo.

—Mi Rey, ¿no tiene que regresar pronto a su palacio? Creo recordar que me dijo que tiene asuntos que atender con su padre allí.

Shang Qinghua recordaba esto vagamente, la verdad sea dicha, no lo recordaba a ciencia cierta. Sabía que Mobei-jun lo había comentado uno de estos raros días, pero no sabía si el asunto ya fue resuelto o no. Con suerte no y Mobei-jun podría irse a resolver sus asuntos, dándole un momento de paz al pobre Shang Qinghua.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now