Extra 16

601 54 8
                                    

Extra 16

La balada de la luciérnaga

Tenía seis años cuando su madre lo llevó al jardín para mirar las estrellas. No era una noche especial o no la recordaba como tal, hasta lo que vio.

Estaba escuchando a su madre hablar de constelaciones e historias, miles de palabras que apenas podía entender o recordar, cuando una pequeña luz danzante cruzó cerca de él.

Mu Sheng miró a la diminuta criatura. Se movía de un lado a otro, dibujando con su luz el aire. Su madre sonrió al verlo tan ensimismado en la luz y dejó que fuera a capturarla. Sus manitos eran pequeñas pero luego de perseguirla, la atrapó con cuidado entre ellas. Hizo un pequeño hueco para verla, brillando en la penumbra que formaban sus manos. Se movió contra su piel, cosquillas suaves en ellas. Su madre rio.

—Atrapaste a la luciérnaga, A-Sheng—dijo ella todavía en su lugar.

Mu Sheng se giró a mirarla pero en ese momento la luciérnaga escapó de sus manos y se alejó hacia arriba. El pequeño saltó para atraparla de nuevo, para atrapar su luz pero por más que saltara no podía atraparla.

Solo la vio marcharse en la penumbra de la noche, volando alto y desapareciendo entre el manto de estrellas.

Recuerdos lejanos de una luz

perdida en el cielo estrellado,

una estrella más en el cielo,

un recuerdo en mi corazón.

El día que Mu Sheng entró al pico QingJing, realmente no quería ir al segundo pico. QiongDing o QianCao sentía que eran más indicados para él. Pero su padre, un reconocido Ministro de Hacienda, quería que su hijo entrara al pico de los eruditos para que, llegado el momento, tomara su lugar y continuara brindando honor a su familia. Si lo aceptó, fue solo para complacer a su familia.

Eso no quería decir que lo hiciera feliz la decisión.

El pico QingJing era un lugar horrible. Se trataba de ser la presa o el cazador. Y aunque estaba seguro de que hubiera sido la presa, no lo fue porque todos conocían a su familia. ¿Quién querría ser acusado con un importante hombre en un puesto político tan reconocido? Todos quisieron ser sus amigos al instante.

Mu Sheng no aceptó de inmediato la amistad de nadie. Su meta era aprender las cuatro artes y seguir el legado familiar. ¿Por qué tendría que hacer amigos?

Consideró por semanas el permanecer alejado del resto. Total a nadie parecía importarle si estaba o no.

Fue cuando lo conoció.

Estaba sentado al pie de un árbol, uno de los discípulos más nuevos que ingresó el día de selección y no por medio de contactos como él. Ese niño era alguien con un nivel de cultivo decente si había sido aceptado en la secta. Nunca se le acercó para hablarle por cuenta propia, siempre alejado y concentrado en mejorar sus habilidades. A Mu Sheng nunca le había llamado la atención hasta ese día.

El niño estaba en una zona apartada con un viejo guqin en su regazo. Era de los que tenía el pico y que parecía tener muchos más años que los demás. No era el guqin elegido por nadie, salvo por ese chico.

Sentado en una zona apartada, al pie de un árbol lleno de raíces, tocaba una melodía suave y lenta. Pero lo hacía muy lentamente porque parecía querer recordar las notas para hacerlo más fluido. Mu Sheng sabía lo que intentaba tocar, era una de las melodías que los discípulos mayores les habían enseñado.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now