Extra 2

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Extra 2

La travesía de Luo Bingge II

Nunca antes había descansado en el pico QingJing, al menos no tan bien como le había pasado ese primer día. Siempre durmió en la leñera, donde morirse de frío era casi una realidad. Nunca antes tuvo una cama ni un lugar acogedor donde ir a descansar, ni siquiera desde el primer día. Pero en esta ocasión, todo fue diferente. No solo tenía un buen lugar donde dormir, sino que sus compañeros eran agradables. Esas dos cosas no habían existido en el pasado.

No durmió demasiado, todavía alerta por cualquier cosa que pudiera ocurrir en la madrugada. Aunque sus compañeros se hubieran comportado tan correctamente, todavía Binghe tenía dudas al respecto. Nada podía ser tan bueno, nada podía ser tan perfecto, él no tenía esa suerte. Al menos no la había tenido en el pasado.

Mientras miraba a través de la ventana que estaba sobre su cabeza, sintió una mano en su hombro posarse suavemente. Al instante tomó la muñeca con fuerza, si alguien planeaba atacarlo entonces no lo dejaría.

—Auch, shidi, tranquilo, soy yo—dijo la voz suave y dulce de Yang Chen.

Binghe lo miró, el niño tenía una mueca de dolor por su agarre así que lo soltó.

—Lo siento, shixiong, solo me asustaste.

Yang Chen sonrió y se arrodilló al lado de su cama.

—Imagino cómo te debes sentir. Es un lugar desconocido, gente desconocida, es normal estar alerta ante todo—Yang Chen tomó su mano, tenía la mano fría pero su toque era gentil—. Pero shidi no tiene que tener miedo, ya es parte de nosotros, lo vamos a cuidar.

—Yo...esto parece como un sueño—susurró Luo, acomodándose de costado para poder ver a Yang Chen—. Siempre habíamos sido mi mamá y yo. Nunca antes...nunca antes...tuve más familia que esa.

Incluso luego de casarse y tener hijos, nunca sintió que recuperara a su familia.

Yang Chen le sonrió, apretando suavemente su mano.

—Puedo entender eso. Antes solamente éramos mi padre y yo. E incluso después de ingresar a QingJing pensé que sería así porque aquí no era muy bienvenido. Hasta que un día shizun cambió eso. Fue hace unos meses...seis, creo. Un día volvió a dar clases de guqin y cuando se rieron de mí, él se hizo cargo de la situación. Fue a partir de ese día que impuso la regla de cero acoso en QingJing. Te hablaron sobre eso ¿verdad?—Binghe asintió—A partir de ese momento todos comenzaron a cambiar. QingJing comenzó a volverse...más agradable. Y ahora no siento que seamos solo mi padre y yo. Ahora tengo muchos hermanos con los que puedo contar. Mi familia creció. Tu familia también creció, shidi. Ahora eres nuestro hermanito y te vamos a cuidar.

Yang Chen sonreía tan dulcemente, con tanta bondad e inocencia que Binghe recordó a Yingying. Ella era así, incluso cuando se volvió una mujer. ¿Qué había pasado con Yang Chen en el pasado como para no encontrarlo en QingJing al regresar para vengarse? Sabía que ese niño dulce había sido intimidado igual que él, ¿acaso habría escapado de la secta? Pero incluso luego de tantos años, nunca volvió a verlo.

Apretó su mano en respuesta. Yang Chen sonrió más ampliamente.

—¡No, mi calcetín!—exclamó alguien unas camas más lejos de ellos.

—Oh, Ling shixiong está teniendo otra vez el sueño del calcetín—rio Yang Chen—. No te preocupes, tiene ese sueño como cinco veces a la semana. Nunca recuerda de qué trata al despertar, solo sabemos que pelea con alguien por su calcetín.

Binghe rio bajito. ¿Ese idiota que lo había intimidado de niño era tan...idiota? Interesante.

—Puedo acostumbrarme a eso.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora