Extra 8

846 84 9
                                    

Extra 8

El transmigrador y el rey de hielo I

Shang Qinghua nunca tuvo suerte. Muriendo tras intentar salvar su pobre computador de manera patética, luego de vivir una vida poco agraciada, con una familia poco amorosa, no podía esperar que su transmigración fuera mejor.

Aunque hubiera preferido transmigrar como su protagonista semental y no como carne de cañón, Shang Qinghua no tuvo más opción que conformarse y seguir adelante. En especial porque había terminado en el pequeño Shang Qinghua que recién había sido abandonado y dejado a su suerte. Volver a vivir la experiencia de crecer era extraño y le hizo ser consciente de lo mucho que pasó en su cuerpo durante ese tiempo sin que él se diera cuenta.

No fue agradable.

Si no fuera por el sistema que le brindaba sus misiones, Shang Qinghua nunca hubiera elegido el pico AnDing. Sabía lo que su personaje había pasado ahí, sabía las cosas que hizo para llegar a donde se suponía que debía hacerlo. No era una buena vida, era una mierda. Muy parecida a su vida en su mundo original, pero al menos ahí no era esclavizado por toda una secta para encargarse de tantas cosas que apenas entrarían en la cabeza de uno.

La suerte nunca estaba de su lado.

Y aunque conocer a su Rey hubiera significado conocer a lo que él consideraba el hombre ideal, eso no quería decir que las cosas hubieran mejorado. Mobei-jun había sido creado para ser un hombre frío, despiadado, alguien que no dudaría en matarte si tuviera la oportunidad. Todo lo contrario a lo que Shang Qinghua era. Tal vez por eso lo había creado de esa manera. Incluso su físico era lo que Shang Qinghua tanto había esperado ser alguna vez. Pero como su suerte no era buena, nunca obtuvo ni una ni la otra. Ni siquiera al transmigrar. El cuerpo que había tomado prestado era el de un hombre bajo con apariencia de pobre ratón asustado, incapaz de hablar firme sin temblar después de hacerlo.

Lo peor era que ahora no solo era el esclavo de CangQiong, sino también el de Mobei-jun. El demonio de hielo lo usaba para espiar la secta, en especial luego de que se volviera el señor de AnDing. Seguro para él era divertido usar a un miembro de la misma secta para espiar a sus compañeros. En Camino del Orgulloso Demonio Inmortal, Shang Qinghua original no había tenido problemas de traicionar a su secta luego de pasar años siendo maltratado y usado como si no valiera nada. Y aunque Shang Qinghua había sido usado de la misma forma, no quería realmente perjudicar la secta. Sin embargo, tenía un sistema que le mandaba una y otra vez misiones para que completara los huecos de la historia que él mismo creó.

No estaba teniendo una vida fácil.

Miró los papeles que habían llegado hacía poco, una pila de ellos que se acumulaban con la otra que había estado viendo. Odiaba todo esto, él realmente lo hacía. Pero si no miraba estos papeles, dudaba que alguien más fuera a hacerlo. Sus pobres discípulos estaban ya ocupados, llevando pedidos de un pico a otro, yendo a buscar los encargos o recibiendo otros. AnDing en verdad era un lugar ajetreado donde la ansiedad era el pan de cada día.

—Shizun—dijo Sun Lian, su discípulo principal, ingresando a su despacho—, llegaron unos documentos de Huan Hua que debe ver para enviar a QiongDing.

Shang Qinghua suspiró, estiró una de sus manos sin mirar al pobre chico y derrotado aceptó los nuevos documentos.

—¿Para cuándo?

—Esta tarde.

Igual que la pila de papeles que había estado revisando. Genial, Shang Qinghua oficialmente lloraría. ¿Por qué él debía pasar por este sufrimiento? ¿Era su castigo por no haberle dado un final feliz a Luo Binghe? ¡Que el cielo se apiadara de él!

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora