43

987 151 54
                                    

Capítulo 43

La maestra Tang Huaying

La secta no era grande. El lugar que habitaban era una choza con cuatro habitaciones y un espacio decente para que sus miembros pudieran cultivar y no chocarse entre ellos mientras lo hacían. De todas maneras, además del maestro de Chen Xiaoyun y la misma Chen Xiaoyun, solo había ocho discípulos más. Una secta pequeña de diez personas difícilmente sería rastreada o encontrada siquiera. Mientras no hicieran nada que los hiciera destacar, entonces nadie sabría dónde estaban. Incluso sus túnicas eran blancas, iguales a cualquier túnica usada por otros cultivadores, entre ellos errantes. No había manera en que alguien pudiera encontrarlos fácilmente, ni siquiera el Maestro de Palacio.

Dos discípulos que estaban entrenando la espada afuera los miraron al llegar. Uno de ellos se acercó a Chen Xiaoyun y dijo algo en voz demasiado baja, ella negó con la cabeza antes de dedicarle una sonrisa para calmarlo.

—¿Laoshi está adentro?

—En el salón, tocando el guqin—informó el joven, haciéndose a un lado para dejarlos pasar.

Chen Xiaoyun caminó y ellos la siguieron, entrando a la choza de bambú desde donde escucharon una suave música de guqin. Shen Jiu reconoció la melodía, la había hecho practicarla a sus discípulos un millón de veces. Era una suave melodía básica, pero el trasfondo de la misma era lo que la hacía especial. Era una melodía que un antiguo maestro de QingJing había creado para su amada, una cultivadora que perdió la vida en una misión, luchando contra un demonio. Ella había amado la música de guqin y él trabajó en una melodía exclusiva para ella. Sin embargo, antes de mostrársela, ella perdió la vida.

En el salón, de espaldas a ellos, había una mujer pequeña y menuda. Su largo cabello acariciaba el suelo y sus dedos seguían tocando el instrumento con delicadeza y experiencia.

Chen Xiaoyun se arrodilló a su lado y se inclinó como saludo.

—Laoshi, esta Xiaoyun trajo a dos cultivadores a nuestra secta, pero esta Xiaoyun lo hizo por una buena causa.

—Xiao-mei, ¿cuántas veces debo pedirte que no seas tan formal?—la mujer suspiró dejando de tocar el instrumento, su voz dulce y como una melodía tranquilizadora—Si trajiste a dos cultivadores nuevos, entonces la secta no tiene nada que temer. Solo me gustaría saber qué te llevó a traerlos aquí.

—Ellos buscan tomar represalias contra el Viejo Maestro de Palacio.

La maestra de Xiaoyun apenas giró la cabeza hacia ella.

—¿Y quiénes son ellos?

Chen Xiaoyun los miró, para que ambos se presentaran.

—Shen Qingqiu, maestro del pico QingJing de la secta CangQiong, y mi discípulo, Luo Binghe.

Hubo una ligera tensión en el cuerpo de la mujer cuando nombró a QingJing pero desapareció tan pronto como se hizo presente. Dejó el guqin a un lado y se levantó, girándose para mirarlos.

Shen Jiu quedó asombrado por ella. La maestra de Flor de la Vida era una mujer bajita que no superaba el metro y medio, era menuda, tan frágil como el tallo de una flor en apariencia, pero si era la líder de esa secta su fuerza no podía ser considerada poca cosa. Era hermosa, demasiado hermosa. Su rostro parecía tener las medidas perfectas, con rasgos suaves y ojos redondos llenos de pestañas largas y negras. Sus labios eran finos y tenían un ligero color rojizo natural, como las flores de melocotón. Su piel era tan pálida que su cabello negro, el cual caía por los costados de su rostro, la hacía resaltar mucho más. Su belleza era inigualable, tan única que ni en diez mil vidas alguien podría llegar a parecerse a ella. Ni siquiera la belleza de la fallecida Su Xiyan, de quien Luo Binghe heredó su belleza, podría compararse con la de esta mujer.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Where stories live. Discover now