53

969 146 48
                                    

Capítulo 53

De vuelta en casa: El milagro del Señor del Pico QingJing

La sensación de despertar y no saber dónde estaba era algo que comenzaba a hacerse familiar. Shen había pasado tantas veces por eso que parecía ya ser parte de su vida. Siempre era lo mismo, despertaba en un lugar que no conocía, sintiéndose desorientado hasta que escuchaba la voz del sistema preocupado por él. Entonces le hablaba, le preguntaba dónde estaba y el sistema le respondía dónde estaba.

Tardó un poco en darse cuenta de que el sistema ya no estaba con él. Lo único que le quedaba era abrir los ojos e intentar darse cuenta por sí mismo dónde estaba.

—¿Shizun?—escuchó una voz aguda y femenina.

Pero no era la del sistema. Esta voz no venía de su cabeza, venía de afuera. Era ajena a él.

Abrió los ojos. La luz de la habitación era tenue, amigable para sus ojos. Podía ver a su alrededor y no sentía la necesidad de volver a cerrarlos.

Pronto un rostro bonito y gentil se mostró ante él. Era de rasgos suaves y delicados, con una piel tan clara y tersa como jade. Lucía una mirada preocupada pero también se veía aliviada. Pronto, a su lado, otro rostro se hizo presente. Uno más pequeño, con mejillas todavía llenas de grasa de bebé y unos ojitos acuosos que se veían felices.

—¡Papá!—exclamó Shen Fu feliz tomando su mano.

—Shizun, estás bien, estás bien—dijo Ning Yingying, sonriendo feliz mientras derramaba algunas lágrimas—. Fu-er, cuídalo un momento, iré por Mu shishu y Ming shixiong.

Fu-er asintió, todavía sosteniendo la mano de Shen Jiu. Shen lo miró, el pequeño apretaba su mano como si temiera que fuera a marcharse en cualquier momento. Quería usar esa mano para acariciar su cabello, pero el pequeño lo sostenía con tal fuerza que Shen Jiu desistió de la idea y decidió usar su otra mano para llegar a la cabecita del pequeño.

Pero en cuanto Fu-er lo vio, tomó su mano y la dejó de nuevo en su lugar.

—Papá debe descansar hasta que el tío Mu venga junto con gege—dijo el niño, todavía apretando su mano.

Shen asintió, considerando que contradecir a su hijo no sería la mejor opción. El niño se veía ya bastante preocupado por él como para preocuparlo más.

No tardó mucho en ver a Mu Qingfan y Ming Fan atravesar la puerta. Su discípulo principal pronto se arrodilló a su lado, lágrimas tibias corriendo por sus mejillas. Pero no parecía triste, sino aliviado de verlo abrir los ojos. Mu Qingfan lucía igual de preocupado, pero como el profesional que era mantuvo la seriedad y comenzó a revisarlo.

Ahora Shen necesitaba una buena explicación. Él había estado con el sistema, viendo el atardecer y pescando en un arroyo en QingJing. Para él el tiempo que había pasado había sido relativamente poco. No sabía qué había pasado en ese tiempo, ni tampoco sabía cuánto tiempo habría pasado. Por la mirada de todos, seguramente no estuvo dormido un par de horas.

—Shixiong—llamó Mu Qingfan, Shen se giró a mirarlo—, ¿cómo te sientes?

—Confundido—dijo sincero moviendo los dedos de la mano que sentía entumecidos—, ¿qué fue lo que pasó?

—¿Qué tanto recuerda shixiong?

—Yo...recuerdo haber peleado con Qi...Zheng Jian—se corrigió—. Caímos de la montaña y...él cayó, murió. Pero antes...antes quiso matarme.

—No quiso, lo hizo—afirmó Mu Qingfan suspirando—. Shixiong al menos recuerda bastante de lo que pasó. Solo que Zheng Jian no murió, por milagro si debo ser sincero. A pesar de haber estado poseído por una desconocida entidad demoniaca, aún tenía la suficiente fuerza para seguir con vida a pesar de que la mayor parte de su cuerpo se había quebrado y destrozado. Al parecer la caída mató a la entidad demoniaca y no a él. Creo que tuvo tanta suerte como tú.

Sistema de Redención del Villano Escoria (BINGJIU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora