Capítulo 16: De esas cosas que no pasan (I)

8K 307 497
                                    





*Luz POV*

Que yo tendría que haberme ido a casa. Que ni siquiera sabía por qué había subido a la habitación. Se lo había dicho por teléfono, yo esa mañana no tenía intención de verla ni de hablar con ella. Se lo había dejado muy claro.

Pero ahí estaba, colgada de su cuello, con sus manos en torno a mi cintura, a la altura a la que empezaba mi falda, y atrayéndome a su cuerpo.

Ahí estaba.

Me sorprendió la forma en que Ainhoa había correspondido a mi beso.

No me había besado así antes.

Como si fuera su último día en la Tierra. O como si pensara, realmente, que tras ese beso, iba a irme para no volver. No me soltaba y sus manos me estaban tomando con tanta firmeza que me impedía alejarme.

Pero me gustaba. Más de lo que le hubiese admitido en ese momento en el que estaba intentando hacerme la dura y marcharme de ahí. Sin éxito.

Apenas me estaba dejando razonar, mientras me presionaba contra ella. No me dejaba pensar. Y yo necesitaba pensar. Porque hablaba en serio cuando le decía que no podía confiar en sus palabras. Porque deseaba hacerlo, pero no lo hacía.

Seguía dolida por la forma en la que había intentado convencerme de que mis sentimientos no eran reales y de que yo no sabía de lo que hablaba. Mi orgullo seguía herido porque me había tratado como si fuera una niña y luego había desaparecido por completo del mapa.

Había contestado a mis mensajes, a mis palabras, como si no fueran lo que eran realmente.

Declaraciones.

Porque yo me había declarado a Ainhoa, a mi manera, y casi sin darme cuenta más de una vez. Antes siquiera de comprender qué era lo que le estaba declarando.

Y ella había desaparecido por completo.

Solo había sido capaz de responderme borracha. Eso no me transmitía ninguna seguridad. Aunque, para ser justos, ella no tenía ni idea de que yo había leído ese mensaje.

Me separé un instante para tomar aire, para recuperar un poco la cordura. La miré con la respiración entrecortada y...

Es que era superior a mí.

¿Qué había sido ese beso?

- Quédate – dijo con voz ronca - ¿Te quedas?

Era imposible. Sé que suena científicamente imposible, pero, de verdad, que era como si cuando estábamos tan cerca no hubiese suficiente oxígeno para las dos y respirar se me hacía muy difícil.

- Ainhoa... - protesté, tratando de regresar a mis palabras sobre pensar en todo aquello con tranquilidad.

Sí, era mi culpa. Yo la había besado. Pero es que no había podido evitarlo.

- No quiero que te vayas – prácticamente me lo suplicó, apoyando su frente en la mía.

No. Las cosas no se arreglaban tan fácilmente. No era suficiente con decirme que me echaba de menos para que yo me olvidase de todo, porque tampoco era idiota.

Pero estaba ahí. Y estaba tan cerca... y su pecho subía y bajaba con esfuerzo, y...

Volví a lanzarme sobre su boca y ella volvió a encerrarme entre sus brazos. No tenía remedio.

Ni en un millón de años habría encontrado la forma de irme de ahí y, en ese momento, no quería hacerlo. Quería quedarme.

Y tanto que quería quedarme.

La Luz de Los FocosWhere stories live. Discover now