Capítulo 26: Romperse

4.8K 269 876
                                    




*Ainhoa POV*

Se instauró un silencio extraño.

No supe qué hacer.

Ni qué decir.

Silvia había intentado romper el hielo, pero, a juzgar por la expresión de Rita,  lo había empeorado. No sé si aquello duró más de un minuto, pero fue tan incómodo que sentí que llevaba de pie en esa acera, tratando de averiguar cómo reaccionar, una eternidad.

Me faltaba el aire, y mi corazón latía demasiado fuerte. No tenía una explicación lógica, más que la anticipación a lo que vendría después, que no tenía ni idea de qué sería. Y no sabía si había hecho algo malo. Si estar ahí en ese momento había sido una decisión mía, o pura casualidad, si debería haberme evaporado, si debería haber hecho como que no reconocía a esas personas, si tendría que haberme quedado en mi casa, si...

Finalmente, y, gracias a Dios, la pequeña decidió hacer algo que atrajo mi atención. Olivia tiró de mi cazadora y la miré, me señaló el escaparate de la juguetería que había enfrente. Iluminado con focos tenues, un montón de colores y muñecos de distintos tamaños y estilos. 

Un xilófono de madera.

 Una casita enorme.

-        Oli, ven – le pidió Marta - No molestes a Ainhoa, que tendrá cosas que hacer.

-        N-no molesta – murmuré, sin poder apartar la vista del escaparate.

Pero Olivia obedeció al tono serio de su madre y regresó a su lado. Marta la cubrió, como si temiera que fuera a pasarle algo. Y Fina era consciente, igual que el resto de presentes, de que aquello era insostenible. 

Si en alguien se podía confiar ante ese tipo de situaciones, era en ella.

-        Hey, Luz – hizo con toda la naturalidad del mundo – Cuánto tiempo. ¿Cómo va todo? No nos vemos desde que acabasteis con el rodaje.

Luz recogió ese cable que le echaban. Seguía pálida, pero también fingió una normalidad abrumadora.

-   Pues muy bien – contestó – No he parado, ¿Vosotras?

-  Genial, acabamos de cerrar la campaña de verano.  Íbamos ahora a cenar - le explicó mi representante - ¿Estábais de compras?

- Sí, sábado de chicas.

Yo seguía muda atendiendo a esa conversación, sintiéndome muy inútil, muy poco a la altura.

 -  Otro día nos ponemos al día, ¿no? Ahora tenemos reserva y ya llegamos tarde, nos quedaríamos a hablar pero imagino que también estáis ocupadas – los ojos de Fina se posaron en la abuela durante un instante cortísimo.

-      Claro – dijo Silvia  -pasadlo bien, no os entretenemos más

Fue horrible.

Fue la cosa más horrible del mundo. Luz me miró y no supe qué quería decirme. Y Silvia imitó ese gesto, como si se compadeciera de mí. O de Luz. O de las dos. Rita ni siquiera me dirigió la palabra. Ni a ninguna de mis acompañantes.

Pero tenía esa expresión gélida, altiva y orgullosa.

Echó un vistazo a su alrededor, a los transeúntes.

-        Tenemos que irnos – le dijo a su nieta – Despídete de tus amigas.

La forma en que había pronunciado la palabra amigas no me pasó desapercibida. No creo que a nadie se le hubiese pasado por alto. ¿Pero qué podía hacer?

La Luz de Los FocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora