Capítulo 34: ¡Super dulce, dulce a morir! ¡Muerete de diabetes!

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Cuando Yu Huoxien se ofreció a ser la carnada, fue como si todo su cuerpo rechazara la idea inmediatamente, esperando que pudiera

En realidad soy yo quien tiene miedo de perderlo.

Perder una vida tranquila como la que el tiene con Yu Huoxien, si tan solo este mundo no fuera una novela en la que tiene que preocuparse por los personajes, si esta fuera una vida en la que ellos pudieran haberse conocido de manera casual.

Quizás yo no tendría miedo de enamorarme y perderte.

Sus pulmones se ensanchaban y cerraban con el ingreso del aire frío, peleó con todas sus fuerzas y aún así uno de esos monstruos logró subir a la torre de vigilancia, sintió que su voz estaba estancada en ese momento.
Pareciera que podría dejar todo lo que tenía allí para correr detrás de ti.

Por supuesto que tengo miedo.

Miedo de que si desapareces, no sonreirás de nuevo cuando hables sobre la primavera, de que quizás podría nunca más comer tus platillos, de que cada vez que hagas algo de lo que estás orgulloso no te alegrarás y sonreirás para ti mismo.
Temo que no podré ver los lunares en tu espalda ni contar tus pestañas cuando te miro.

Temo que no soy digno de enamorarme de alguien.

Temo que no soy digno de querer que te quedes.

Mao Deng sabe la historia de Yu Huoxien como protagonista, pero conoció al verdadero Yu Huoxien en su estadía aquí, es solo una persona, sus gustos, disgustos y caprichos que no son detallados en la novela están aquí, están al alcance de su mano siempre que esté dispuesto a escuchar.

Quiero escuchar.

El hombre solo pudo soltar el aliento que se acumuló en su garganta cuando el cuerpo del zerg cayó al suelo, el escuchó el galopar de los caballos y el sonido indiscutible de las flechas siendo cargadas.

Le pidió que saltara, y sin dudarlo, él saltó.

Mao Deng lo escondió entre sus brazos con ese sentimiento de miedo aún perforando su gargantilla, vio la expresión alegre en el rostro del ger y no pudo evitar tomar su mejilla, uniendo sus frentes, no había llorado en años, pero ahora lloró.

Lloró, dejando caer las lágrimas en la fría nieve mientras lo protegía con sus callosas manos.

Hay muchas cosas que quisiera decirle, el hombre realmente no sabía por dónde empezar, pero al final... solo pudo murmurar bajo el toque suave de las manos delgadas del ger. "Que alivio." Mao Deng repitió incontables veces aquella oración en su corazón, dudando de su propia sanidad ahora que no podía detener su llanto.

Era la primera vez que sintió algo así de fuerte.

Le gustaba acostarse a un lado de su esposo, mirarlo cuando no había nada que hacer, siempre pareciendo que encontraría algo nuevo que apreciar en su rostro.
Mao Deng se ha acostumbrado a cuidar a los demás, siempre siendo el que se pone delante de otros para protegerlos.

Pero fue como si la primera reacción de Yu Huoxien fuera protegerlo a él.

...

Mao Deng sintió los labios del joven encontrarse con los suyos y su corazón inlatente se aceleró, alborotandose en su pecho.

Incluso ahora, es Yu Huoxien el que lo está consolando.

El pelirrojo no se separó del beso, encajó su rostro junto con el del muchacho y lo besó, sus dedos rozaron el cabello de Yu Huoxien, arreglandolo detrás de su oreja con una delicadeza tímida.
Mao Deng acarició la cicatriz en el rostro de su esposo, sosteniendo sus mejillas con ambas manos mientras se besaban.

Amado Bastardo. [BL]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن