Amado Bastardo. [BL]

Capítulo 37: ¿Y este calvo qué?

El pequeño eunuco caminaba con dificultad sobre el camino lleno de tierra húmeda por la nieve y trozos aún congelados de hielo que obstaculizaban su camino, jadeando con dificultad y sosteniendo el decreto imperial entre sus manos. Este terreno fangoso se interponía en el camino de los ciudadanos de las zonas rurales, el carruaje delicado y acarreado con dos hermosos caballos imperiales no pudieron subir este camino y tuvo que caminar, quienes dependían de sus habilidades para subir la montaña o bajar al río estan acostumbrados, pero ciertas personas, como el eunuco, sufrían las consecuencias de la falta de modernización en estas aldeas.

Desesperado, el hombrecito calvo se arregló la ropa frente a la casa que alguna vez fue el hogar de los respetados General y Estratega de guerra de la familia Yu.

Antes, la familia Yu era bien recibida, a pesar de que la nobleza se negó a reconocer al General por sus orígenes de plebeyo. En su tiempo el Estratega Yu dejó la familia Zhao, una familia noble de otro país, cortando contacto con ellos para casarse con este plebeyo en un país extranjero.

Construyeron su nombre desde cero, usando todos los recursos que podían recolectar, las opiniones alrededor de la casa Yu son variados, pese a todo, era innegable que su existencia fue una de las razones por la cual tantas vidas se han salvado, encontrando nidos de zerg, defendiendo a los civiles y a la nobleza por igual, aceptando en sus tropas a hombres, mujeres y gers.

Desde que la familia Yu se derrumbó pasaron cinco años, han circulado muchas opiniones alrededor del único hijo de la familia Yu, casado, arruinado, divorciado y echado a la calle, un genuino talento arruinado... Recientemente había un rumor muy inusual que rodeaba la figura de este ger entre las voces de los ciudadanos de la capital, algunos pintaban la imagen de un joven levantando una llama para atraer a los zerg de la gente y entre otros murmullos de los plebeyos escuchó la increíble historia de un hombre de cabello rojo peleando solo contra los monstruos para evitar que la llama se extinguiera en las manos del joven.

El eunuco resopló, soplando su bigote congelado por el frío.

¡Los rumores siempre son una exageración, pero en cada mentira hay un poco de verdad!

Aunque por más improbable que sonara, el segundo príncipe incluso llegó a alardear de conocer a un ger militar que podía doblegar a un zerg con sus manos desnudas, el emperador ha estado escuchando sus parloteos en cada comida que ha picado su interés conocer a estos individuos.

Golpeando la puerta grande con la aldaba de hierro, después de un rato en el frío, volvió a azotar el trozo de hierro contra la puerta. Fue entonces cuando fue recibido por un chico de cabello negro, quien sonreía sin llevar buenas intenciones a sus ojos.

Lo primero que llamó su atención fue una extensa cicatriz que había corrompido el rostro de Yu Huoxien, que una vez fue un joven hermoso. La piel de su quemadura es áspera y arrugada, como si estuviera quemada por el calor del verano. Las líneas de la cicatriz son profundas y están marcadas de una manera que parece dolorosa. El lado siniestro de su rostro ha perdido su anterior brillo y jovialidad, y ahora tiene un aspecto rígido y duro que puede ser incómodo de ver.

Pese a eso, este joven no trató de ocultarlo, su barbilla levantada no traía rastro de vergüenza.

Como si estuviera frente a una mosca, el joven de aspecto delicado ladeó la cabeza, abriendo sus ojos borrosos y ciegos. "¿Puedo ayudarte?" No hacía falta decir que sus palabras no tenían una pizca de bondad o amabilidad por una visita.

Tosiendo para aclarar su voz, el respondió: "Estoy aquí por ordenes de Su Majestad el Emperador a darle un decreto al jefe de la familia Yu." El eunuco se cepilló la nieve de las rodillas y endureció la espalda, su calva cabeza brilló con cada movimiento que daba, el hombrecito esperó pacientemente a que este niño lo invitara a pasar, pero después de unos segundos en un silencio congelado e incómodo, la expresión sonriente del ger se tornó más impaciente.