XXXIV

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Regulus empezó abrir los ojos, sentía los párpados demasiados pesados, mientras la luz de la lampara del techo lo cegaba mientras los empezaba abrir; algunas figuras aparecieron frente a él, pero no podía identificar quienes eran y que le decían.

—¿Qué... ocurrió? —preguntó, mientras sentía su garganta arder, como si tuviera algo rasgándolo.

—Casi mueres, idiota —escucho la voz de Draco que se escuchaba preocupada y molesta—. Si Ron no te hubiera seguido, estarías muerto enfrente de la tumba de ____________ —lo regaño—. ¡¿En que mierda pensabas?!

—Draco —lo regaño Hermione—, apenas está despertando.

Regulus no entendía que estaba ocurriendo; tardo un momento en procesar que habían pasado, pues hace unos segundos había muerto por el hechizo de Bellatrix Lestrange, y ahora había vuelto una vez más a la vida.

Escuchaba algunos murmullos cerca de él, mientras su vista empezaba a enfocarse, dándose cuenta que no estaba en el Departamento de Misterios del Ministerio de Magia, mucho menos en el cementerio donde había tomado el veneno, estaba en su casa, acostado en su cama mientras sentía un gran dolor en la garganta y estómago.

Giró la cabeza a la derecha, encontrandose a Draco y Ron discutiendo en voz baja en el pasillo, junto con Hermione, respiró un poco, aquello igual dolía; al girar a la izquierda, vio a Harry recargado en la pared, mirándolo; era claro que ya no estaba en 1995.

—No creo que... —empezó a hablar con algo de trabajo—, sea la primera vez... que veas a alguien... morir.

—Tienes razón —respondió después de unos segundos de silencio—. Pero el que tu trataras de matarte... a __________ no le hubiera gustado...

—¡Ella esta muerta! —estallo enojado, haciendo que la pelea en el pasillo cesara y volvieran a entrar.

Sintió aún peor el dolor en su garganta, pero lo hizo aún lado, estaba enojado, si tan solo hubiera podido cuidarla mejor...

Draco fue el primero de entrar a la habitación, miró mal a Harry y luego a Regulus, quien tenía unas lágrimas en su rostro, que seguía pálido y con los labios resecos.

Hermione y Ron también entraron, mirando con cierta lástima a Regulus.

—¿Qué se supone que hacías, Regulus? —preguntó con preocupación Ron.

—Solo quería volver con ella —murmuró mientras miraba el techo, empezando a llorar—. Solo una vez más.

Los cuatro se miraron unos segundos, sabían que tenían que hacer algo antes de que Regulus volviera hacer una locura así otra vez.

—Solo debes de descansar un poco —hablo Hermione—. Hay que dejarlo descansar.

Poco a poco salieron de la habitación, aunque Draco hubiera preferido quedarse, salió de ahí, dejando a Regulus solo, sintiendo una vez más aquel vació. La perdió, la volvió a perder, repetía en su cabeza.

Sin evitarlo empezó a llorar, no sentía alguna fuerza para querer hacer otra cosa, más que quedarse en la cama y esperar que una vez más todo fuera un horrible sueño.

—¿Qué haremos con él? —preguntó Ron mirándolos una vez que estuvieron en el pasillo.

—Internarlo en San Mungo, eso haremos —respondió Draco desesperado—. Estamos viendo que no puede cuidarse él solo. No ahora...

El pelirrojo lo miró mal, para luego ver a Harry y Hermione, que parecían que la idea de Draco era la mejor opción.

—Deben de estar bromeando.

Tomorrow - Regulus BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora