XXXVII

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Regulus se sentía un poco nervioso, llevaba dos semanas de vacaciones en su casa con su padre, evitando toda costa ir a la casa de los Lupin cuando su Sirius se lo proponía; no podía mirar a los ojos a ___________, se sentía culpable, sentía que era la razón por la que Charlotte había muerto y no quería hacerla sentir mal.

Estaba comiendo un poco mientras había una reunión de la Orden del Fénix, Kreacher lo miraba con culpa, pues se había enterado que él fue quien le había mentido a Harry para así ir al Ministerio de Magia, pero no lo culpaba de todo, entendía el odio que le tenía a Sirius, pues tiempo atrás también él lo había tenido.

—¿Desea algo más el joven amo? —le preguntó el elfo.

—No —respondió, pero se arrepintió unos segundos después—. Si.

—¿Qué desea el joven amo Black? —le dijo con emoción—. Puede pedirle lo que sea a Kreacher y Kreacher se lo dará.

—Sabes —empezó a decir con lentitud—, ¿donde están todas las cosas de... Regulus? —murmuro el nombre.

En cuanto había llegado de Hogwarts y pisado la habitación de quien creía que era su tío, se había dado la tarea de buscar cosas sobre él. Aún no había querido decirle nada a Sirius, pues en aquellas dos semanas, Sirius se comportaba como el padre que él siempre quise tener, no quería hacerlo sentir mal si se llegara a enterar que buscaba cosas de su verdadero padre.

—Kreacher las tiene escondidas —empezó a decirle—. Kreacher pensó que algún día usted se las pediría y Kreacher las tiene en un lugar seguro —le brillas sus ojos—. ¿El amo joven Black quiere que se las dé?

Regulus escuchó como los de la Orden empezaban a salir, algunos se iban y otros iban rumbo a la cocina, era mejor no tener aquellas cosas ahí.

—Llévalas a mi habitación, por favor.

—Como usted ordene, amo Regulus —le hizo una reverencia y desapareció de ahí, al mismo tiempo que veía a Regulus y Tonks entrar.

—Hola, Regulus —saludo Tonks, que no se veía tan feliz, pero le regalo una pequeña sonrisa.

—Hola —saludo normal mientras se levantaba de su asiento—. Iré a mi habitación.

—Espera, Regulus —le dijo Sirius—, tenemos que hablar de algo —el chico lo miró curioso, ya que lo veía nervioso.

—¿Sucede algo malo?

—No en realidad —se mordió la lengua—. Solo quería avistarte que... bueno... Harry llegará el viernes y se quedará unos días con nosotros, después se irá a la madriguera —le aseguro.

Sirius miraba nervioso a Regulus, que lo miró algo desconcertado por verlo en busca de alguna reacción.

—Bien —dijo sin darle importancia—. Era algo que ya esperaba —Sirius sorprendido, haciéndolo reír un poco—. En serio, papá, todo bien. ¿Puedo ir ya a mi habitación?

—Si, claro ve —dijo más calmado Sirius—. ¿Puedes creer que aceptará que Harry se quedara aquí? —miro a su sobrina cuando Regulus se fue.

—Bueno, tarde o temprano se iba a llevar —respondió, aunque no se veía alegre.

—Dora —hablo con cariño Sirius mientras se sentaba y la miraba—, ¿han sigues con lo de Remus?

—Es que digo —empezó a vomitar palabras—. Me gusta y lo sabe... Yo sé que está con lo de su hija y ex esposa... pero... tu amigo es complicado —concluyó, haciendo reír a Sirius.

—Dime algo que no sepa —sonrió.

Regulus llevaba dos horas mirando las cosas que Kreacher había dejado en su habitación. Eran dos cajas llenas de fotografías, libros, cartas y algunas que otras joyas, aunque ninguna tan significativa como el que Regulus guardaba en su bolsillo.

Tomorrow - Regulus BlackWhere stories live. Discover now