LXVIII

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La castaña había cambiado su ropa por completo, había regresado a su casa cuando los mortifagos llegaron a la boda, era claro que nadie la vio desaparecer al igual que Regulus, porque se quedaron peleando. Tomo aquella botellita que Pansy le había dado hace un mes atrás, puso la carta en su cama y fue rumbo a la puerta; giro antes de salir de su habitación, ya nada sería igual.

Salió de su casa y camino unos metros lejos de ahí, decidida a que el plan debía funcionar, tenía que proteger a todos los que amaban en lo que Harry destruía los horrocruxes y derrotara a Voldemort.

—Perdóname, Regulus —murmuro cuando abrió la pequeña botella y bebía de ella.

Al principio pensó que nada había ocurrido, hasta que un dolor el la cabeza llego, haciéndola caer de rodillas mientras se tomaba la cabeza de dolor y evitaba soltar algún grito. Fue un minuto entero de sufrimiento, donde cerraba con fuerza los ojos esperando que el dolor se fuera, hasta que poco a poco paso.

Intento regularizar su respiración, mientras un poco mareada se levantaba del suelo, miró a su alrededor un poco desconcertada y luego el frasco que estaba en el suelo, los miró solo unos segundos, para después desaparecer de ahí.

Regulus llevaba dos horas en la Mansión Malfoy, donde le había asegurado a Voldemort que la chica iba a llegar, pero se estaba preocupando porque no aparecía, lo cuál Bellatrix disfrutaba, porque sabía que si Regulus fallaba, dejaría de servirle a su amo y ella podría torturarlo.

—¿Y bien? —habló Bellatrix—. ¿Dónde está? —preguntó con cierta burla.

Regulus no la miró, miraba la entrada.

—Ella llegará —respondió con seguridad.

Draco y Stanley también estaba ahí, en realidad era muy pocos mortifagos en se encontraban en aquella sala; Voldemort estaba sentado frente a la chimenea, con su serpiente en sus pies, Regulus estaba a su lado derecho, mientras Bellatrix a su lado izquierdo.

Narcissa y Lucius miraban a su sobrino, esperando lo peor si aquella chica no se presentaba; Cole, estaba sentando en uno de los sillones, también en su esperaba. Por el lado de Snape, quería entender que era lo que traba Regulus.

Voldemort estaba perdiendo su paciencia, nadie lo haría perder el tiempo; estuvo apunto de decir algo, hasta que las puerta se abrió, atrayendo la atención de todos. Regulus miró a ___________, quién iba vestida toda de negro, no miraba a nadie, solo a Voldemort, así que camino hacía él, quedando a un metro frente a él.

—¿Tú, niña tonta? —habló burlona Bellatrix—. Una amiga de Potter traicionándolo —soltó una risa fingida—. No creo eso —la miró mal, pero no siguió diciendo algo, porque su amo le hizo un ademan con la mano de que se callara.

—Lamento si lo hice esperar —empezó a decir la chica de forma calma—. Tuve que arreglar unos asuntos —Voldemort la miraba a través de sus ojos rojos—. Supe que me buscaba.

—Y yo que dejabas en vergüenza a los míos —dijo con una pequeña sonrisa burlona—. ¿Cuál es tu nombre?

—Thea Manson —respondió, aunque Bellatrix soltó un carcajada—. ¿Qué te parece tan gracioso? —le dijo fríamente.

—Que tu asqueroso nombre es _________ Lupin —canturreo feliz, pensando que a su amo le interesaría aquella información—. Es hija del ese licantropo Remus Lupin —escupió con asco—. Y novia de Regulus —dijo divertida—. Los vi juntos en el Ministerio de Magia.

—Donde no olvido que mataste a mi madre, una sangre pura —siguió hablando con calma, pero con cierto enojo y volvió a mirar a Voldemort—. Y si no uso ya aquel nombre y apellido, me hace repugnancia que me recuerden quien es mi padre, prefiero usar el apellido de la familia de mi madre, gente de nuestra clase —aquellas palabras parecieron fascinarle a Voldemort—. Y en cuanto soy novia de Regulus —miró al chico, con una sonrisa burlona—, creo qué para eso, el debería tener mucha suerte.

Tomorrow - Regulus BlackDär berättelser lever. Upptäck nu