LXV

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____________ caminaba por un callejón, miraba aquellos mortifagos que había desmayado, ayudando a unos brujos de hijos muggles. Les ordenó que huyeran, lo cual hicieron después de agradecerle.

Tomó su varita y empezó a arreglar la memoria de ambos mortifagos antes de que despertaran. Al terminar, escuchó pasos atrás de ella, así que giro rápido y apunto con su varita.

—Solo soy yo —hablo Stanley alzando sus manos.

—Pensé que no te vería hasta después —respondió ella y bajo su varita—. Te extrañe.

Stanley sonrió un poco mientras la chica lo abrazaba; él también la había extrañado, lo único bueno de su horrible vida era ella, la chica que aún quería.

Cuando se soltaron, Stanley aún tenía una pequeña sonrisa en su rostro, le hizo una seña con la cabeza para que lo siguiera, olvidando a los mortifagos tirados en el suelo.
Ella así lo hizo, solo caminaron unos minutos, hasta que en otro callejón vieron a un rubio platinado, quien no tardo en correr a abrazar a su mejor amiga.

—Yo también te extrañe, Draco —le murmuró feliz la chica—. ¿Has estado bien? —pregunto cuando se separaron un poco.

—He estado mejor —respondió sin darle importancia.

____________ miró a su mejor amigo con preocupación, aún se veía mal desde que estaba en Hogwarts, pero al menos sabía que estaba vivo, al igual que Stanley y eso la calmaba un poco.

—Tú eres de quien hablan todos esos idiotas, ¿no? —dijo Draco preocupado, pero su amiga no respondió—. Es una locura lo que quieres hacer. No sabes en lo que te quieres meter —hablo de forma seria.

—Regulus ya me lo dijo —le dijo con calma.

—¿Y no trato de detenerte? —frunció el ceño Stanley—. Te puedo ocurrir algo...

—Regulus solo lo hace porque yo se lo pedí —lo interrumpió—. No crean que no ha intentado detenerme.

—Pero eres tan necias que no lo dejas —bramó Draco de forma enojada, haciendo que ella sonriera un poco—. ¿De verdad te presentarás frente a él? —murmuró en voz baja y con cierto miedo.

—Ese es el plan —respondió ella de forma firme.

Ambos chicos se miraron unos segundos de forma preocupada; el tiempo que llevaban ellos están con los mortifagos no era tan agradable. Draco se salva un poco más, pues de la Mansión Malfoy eran las pocas veces que salía, lo cual Narcissa Malfoy agradecía, pero era todo lo contrario para Stanley, que tenía que sobrevivir entre esa gente.

—Puede pasarte algo —insistió Stanley.

Ella no siguió discutiendo, pues escucharon un estruendo al final de aquel callejón; Regulus había aparecido y caminaba hacia ellos.

—Supongo que es hora de irnos —dijo la chica a su novio.

—Es mejor no levantar sospechas —respondió solo mirándola a ella.

—Nos veremos pronto —miró a sus amigos—. Y estaré bien —aseguró—. Solo no se metan si no se los pido.

—Pero...

—Habló en serio Draco —lo interrumpió y se acercó a abrazarlo—. Todo irá bien, hermano —le murmuró en el oído y le dio un pequeño beso en la mejilla—. De verdad me alegro verte, aunque fuera en estas circunstancias —le dijo a Stanley.

—Y a mí no me gustará verte en las otras circunstancias —confesó, pero la abrazo, bajo la atenta mirada de Regulus.

—Tenemos el tiempo contado —soltó Regulus con la intención de que se soltaran.

Tomorrow - Regulus BlackWhere stories live. Discover now