DxD: Delinquent Dragon

Capítulo 37: Entrenamiento de Punta

Cabalgando por el territorio Sitri estaban Keiji, Valerie, Rias y Sona. Si bien Rias técnicamente no era necesaria, era un asunto de familia, por lo que Sona le permitió unirse a ellos en el viaje.

"Entonces, ¿por qué vamos al territorio de tu familia si Sairaorg no es un Sitri, sino un Bael?" -Preguntó Keiji.

Sona sacudió sus gafas. "No es para presumir, pero los mejores hospitales generalmente presiden el dominio Sitri. Y aunque la solicitud vino de Sairaorg, fue un mayordomo de su familia quien me dio los detalles después de que Serafall compartió cómo lograste despertar a Ingvild".

Mientras holgazaneaba un poco aburrido, Rias decidió que era mejor informarle a Keiji sobre Sairaorg y el trágico pasado de su madre. Ella reveló que su primo fue considerado un fracaso por no heredar el Poder de Destrucción característico, cómo su madre estaba enferma pero fue abandonada, lo que llevó a Sairaorg a agarrar su propio futuro con sus manos y ganar fuerza. Su primo es lo suficientemente fuerte como para incluso recuperar el título de heredero al vencer a su hermanastro después de un intenso entrenamiento, así como al más fuerte de los jóvenes demonios.

Keiji sonrió con cariño al escuchar a Rias hablar con tanto orgullo de su prima, y ​​Keiji no podía culparla. Un sentimiento de hermandad y respeto creció en el Emperador Dragón Rojo porque Sairaorg no era lo suficientemente afortunado en la vida pero no dejaba que eso lo detuviera.

***

"Por aquí", habló el mayordomo, inclinándose ante los hacedores de milagros y guiándolos a la habitación de Misla Bael. Al igual que Venelana, tenía el cabello castaño pero tenía un aspecto más liso. Su peinado estaba partido, con más mechones hacia la izquierda que hacia la derecha. "Lady Bael ha estado enferma durante bastante tiempo. Les pido ayuda".

"Es bueno verte, Rias", Sairaorg, luego volviéndose hacia los demás y saludándolos también. "Gracias por tomarte tu tiempo para venir. Espero no estar pidiendo lo imposible, pero si hay una pequeña esperanza de que puedas ayudar a mi madre a recuperarse, ¡entonces estoy dispuesto a pagar cualquier cosa!"

Keiji caminó hacia Sairaorg y puso una mano sobre sus anchos hombros. "No hay necesidad de pagar por esto; es para tu familia. ¡Solo asegúrate de hacer lo mejor que puedas en el próximo Rating Game!" Keiji le dijo con una sonrisa de dientes.

Los rasgos faciales de Sairaorg se suavizaron por la sorpresa ante el acto de bondad. Eventualmente se endurecieron en una sonrisa confiada. "¡No lo planeé de todos modos!"

Equipando el Boosted Gear, Keiji llamó a Valerie. "Muy bien, hagamos esto. Te impulsaré para que me apoyes".

Valerie asintió mientras convocaba el poder del Sephiroth Graal y el brillo verde del Boosted Gear rebotó en la habitación mientras Sairaorg contenía la respiración y al mayordomo le resultaba difícil no cerrar los ojos y orar.

'¿No está funcionando?' Pensó Rias, nerviosamente. "Ha pasado algún tiempo".

Mientras el miedo al fracaso flotaba, un brillo dorado comenzó a emanar por toda la atmósfera cuando la pieza faltante del Grial de Sephiroth resonó desde su interior y provocó que el "círculo" se completara.

Se abrieron de golpe los ojos morados de la madre de Sairoarg. Su espalda se alzaba de las garras del inframundo, jadeaba pesadamente y su piel juvenil regresaba.

Sairorg solo pudo congelarse en lo imposible hecho posible cuando las lágrimas comenzaron a salir, sus rodillas cedieron y sus manos agarraron las mantas. "¡Madre! ¡Te he extrañado!"

Misla miró hacia su hijo con sus ojos de color púrpura puro y le dedicó su sonrisa maternal, esa que extrañaba durante tanto tiempo. "Sairaorg. Has crecido mucho... ¡Estoy muy orgulloso de ti!" Le dijo Misla, abrazando su tesoro con los ojos llorosos.