18.

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Podrán creerlo o no, pero era el beso más dulce que había recibido jamás, sentí como si una estrella hubiese explotado dentro de mí. Ya no tenía duda alguna, yo también sentía lo mismo que él había mencionado hacia unos momentos, fuera lo que fuera.

-(_)...-dijo Bulma acercándose a mi habitación.

-¡Aquí estoy! -respondí mientras acomodaba mi cabello y me alejaba para que no sospechara nada.

-¿Sabes donde está...¡Ah! Trunks aquí estás. ¿Interrumpo algo?

-Por supuesto que no madre ¿por qué me buscabas? -respondió

-Sólo quería que me ayudaras a mover un mueble nuevo que compré hoy. -dijo mientras se movía a la puerta para irse de nuevo.

-Claro mamá, ahora voy.

Bulma se alejó dejándonos solos de nuevo. Me quedé sin palabras, no sé cómo explicar como me sentía en ese momento, tan sólo quería desaparecer pero quedarme con él en medio de tan confusos sentimientos.

-Escúchame bien -me dijo -no quiero que te vayas de este planeta, quiero que estemos juntos. Quisiera que tú y yo...tuviéramos algo más.

-¡¡Trunks rápido, necesito hacer otras cosas!! -gritó Bulma desde lejos

-Creo que...tiene que irse ya -dije riendo un poco.

-Buenas noches mujer saiyajin -antes de irse me besó de nuevo en los labios fugazmente.

Me fui a la cama y me quedé pensando todo el tiempo en ese momento tan especial, me sentí como si un gusano al fin se hubiese convertido en mariposa y alguien como él podría fijarse en mí. No quería volver ya pero tenía que ir con mi madre algunos días y saber como andaba todo.

A la mañana siguiente me levanté de mi cama, estaba bastante despeinada. -si Trunks me ciera así seguramente se asustaría -me dije mientras me miraba al espejo. Tenía pensado visitar a Goku para saber como había visto mi desempeño en el torneo ya que ayer casi ni nos dirigimos la palabra, me puse un vestido color rosa palido, me maquillé y me arreglé un poco el cabello. Después me dirigí a la cocina. No sentía el ki de absolutamente nadie en la casa así que tomé confianza y comí todo lo que pude, aun no me tomaba las confianzas para comer como se debía mientras estaban los demás. Antes de que terminara el último bocado sentí el ki de Trunks acercándose, no me equivocaría con él.

-(_), he vuelto, ¿Donde estás?

No respondí, simplemente me dirigí fuera de la cocina hasta donde provenía su voz -Buenos días. -mi sonrisa se expandió en cuanto lo ví llegar.

-¡Ah! Aquí estás. -se acercó con una pequeña caja color marrón y me la colocó en las manos -Es para ti -me regaló una mirada tan encantadora que pude haberme desmayado ahí mismo. 
Me indicó que la abriera y así lo hice, era un perfume pequeño, no alcancé a distinguir el olor, pero por el frasco en el que venía indicaba que era algo bastante sotisficado.

-Lo vi mientras paseaba y pensé que te gustaría mucho, te vi el primer día que llegaste mirándolo tan detalladamente.

-Al parecer el guerrero Trunks es todo un detallista, es un regalo tan bonito, muchas gracias. Y al parecer sabe mucho de esto.

-De tantas veces que llevo a mi madre y a Bura de compras puedo decir que soy un experto. -Ambos reímos juntos.

-Y al parecer tengo una novia tan educada que sigue hablándome como si fuera un anciano. -sonrió

-No es nada más que el hijo del príncipe saiyajin, y no recuerdo haber aceptado ser su novia. -respondí pensando en que me lo habia pedido la noche anterior y yo ni siquiera le respondí -Pero ya que insiste tanto...no me queda más remedio que aceptar. -Mi emoción eran tan agitada que ni me di cuenta que ya lo tenia frente a mí esperando a que lo besara, y no me iba a negar, aunque tenía cierto miedo de mirarlo si siquiera a los ojos, no sé de dónde tomé valor y lo hice tan rápido que ni lo disfruté.

Un viaje inesperado (Trunks y tú)Where stories live. Discover now