Pensé que éramos amigos.

284 38 35
                                    

Emma.

Me estoy quedando sin dinero... por eso decido ir a buscar un empleo hoy, pero cuando me he vestido y enfundado los guantes de cuero rojo (le había agarrado el gusto a esto de los guantes), tocan a mi puerta. Me pongo nerviosa de inmediato porque nadie JAMÁS ha llamado a mi puerta puesto que yo pido que no lo hagan. Voy a abrir dudosa de hacerlo, en cuanto lo hago y miro a Ian (el amigo de la zorra de Alma) del otro lado, me siento definitivamente confundida.

― Si ella te envió, dile que se puede ir al mismo infierno, adiós...― digo tratando de cerrar la puerta pero él la detiene.

― No, Em, ella no me envió... vine por mi cuenta, tengo muchas cosas importantes que decir, por favor, déjame entrar― lo miro con incredulidad y sarcasmo.

― No creo que seas capaz de decirme nada que no sepa, veo las noticias... pero me causa curiosidad, ¿cómo me conseguiste? ¿Vienen por mi ya?― Lo dejo pasar porque la curiosidad me ha ganado.

― ¡Jesus, Em! Te ves muy mal... ¿¡Estás en drogas o metiéndote yerba!?

― No estoy en drogas, ¡no seas imbécil! Bueno... solo he tenido un par de experiencias, pero no soy una maldita adicta― Él abre desmesuradamente los ojos como si no puede creer lo que dije, lo insto a que hable de una vez o se vaya.

― Ian no tengo todo el día como para perderlo viendo tu cara de idiota...

― Em es que... solo es que... estás tan diferente, esto no es ni la sombra de...

― Sí, lo sé, al grano.

― Vine por ti para que vuelvas...

― ¿Cómo me conseguiste?

― Siempre he sabido dónde estabas... te seguí el día que escapaste y hasta que llegaste aquí...

― ¿Por qué me seguiste, demente? ¿Me estás acosando?

― Pues eso puedes decidirlo tú misma... yo... yo sabía donde ibas a estar y te seguí ese día porque... yo fui quién te llamó... fui quién te dijo acerca de Isago y Alma― Esto si se acaba de poner buenísimo...

― ¡Pero si eres su mejor amigo! ¿Cómo fuiste capaz?... bueno, me imagino que de la misma manera que ella me guardo tanta lealtad...― repongo con sarcasmo― Qué mundo de porquería... por cierto, gracias por hacer mi vida miserable, te lo agradezco mucho...

― Em, es que yo pensé que.... Yo...― Está tratando de excusarse pero lo paro.

― No, solo bromeo retorcidamente, en realidad sí te agradezco que lo hayas hecho, fuiste la única persona capaz de abrirme los ojos con respecto a todo, supongo que lo hiciste porque estás enamorado de mi, no hay otra razón...― Fija su mirada en un punto a su derecha y sé que es cierto― Si esperas algún tipo de recompensa por ello, estoy muy dispuesta a acostarme contigo, en verdad te lo mereces― Me río sin ningún tipo de alegría, es más una risa acerca de lo patético que es él.

― Em, no... No sé qué es lo que te está pasando... o bueno sí― Me tomó por los brazos y me zafé de inmediato―, sé que estás atravesando por todo este dolor... estás sufriendo y no sabes qué hacer, estás perdida... pero no tienes que hacerlo sola...― Trata de tocarme pero no lo dejo y oculto las ganas que tengo de llorar a mares... claro que estoy sintiendo dolor, claro que sufro...

― Puedes terminar de decir a qué fue que viniste, ¿por qué si siempre lo has sabido solo viniste hasta ahora?

― Porque yo quería que tú resolvieras las cosas por ti misma, que te tomaras el tiempo que necesitases, pero esto ya se salió de control... tienes que regresar ya, si no quieres hacerlo conmigo, no lo hagas, pero hazlo por tu cuenta.

Estado sentimental: es complicado (DGPP #2).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora