Tan mal como puede estar...

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Alma.

Mi estómago está creciendo desmesuradamente, ya tengo seis meses pero parece que ya daré a luz... Isago y yo estamos juntos, pero aún yo no puedo sentirme completamente bien a su lado porque nadie nos quiere ver, absolutamente nadie nos ha perdonado. Él insiste en que eso pasará en algún momento, pero empiezo a creer que es mentira, que solo lo dice para tratar de convencerse. He decidido volver a buscar a Emma para rogarle perdón de nuevo, a lo mejor ella no me lo iba a conceder nunca pero eso no significaba que yo tenía que dejar de buscarlo. Me dirijo a su colegio porque sé que volvió a estudiar, últimamente ella y tío David estaban volviendo a la normalidad, se estaban ayudando mutuamente y hasta había sabido que Amie había frecuentado la casa algunas veces con los gemelos. Me alegraba por ellos, porque estuviesen teniendo algo de tranquilidad.

Me bajo en las afueras del edificio moderno que es el colegio de Em y comienzo a buscarla por todas partes, pregunto en varios departamentos hasta que una chica me dice que la ha visto salir hace un momento hasta su auto, le pregunto la dirección en que se fue y la sigo, cuando veo su cabello que ha vuelto a ser rubio, pero esta vez teñido, camino más rápido hasta ella, sin embargo, ralentizo mi paso cuando descubro que habla con alguien, un hombre; es alto, rubio y pálido, se parece mucho a... ella... es su papá, el biológico, él la toma por el brazo y la acompaña a subir en un auto que no es el suyo, no sé donde está su guardaespaldas, parece que no ha venido con Em. Miro la placa de identificación, le saco una fotografía y salgo corriendo como puedo al mío.

«Esto es grave... muy grave...»

Apenas puedo conducir de los nervios, me tardo un poco pero los alcanzo finalmente y me dispongo a seguirlos, no voy a dejar que ese desgraciado le haga nada a Em. Como estoy tan nerviosa me cuesta encontrar el celular para llamar a tío David, cuando finalmente lo hago se tarda demasiado en responder, tengo que marcar unas cinco veces mientras nos alejamos más y más hacia las afueras de la ciudad.

― Tío no cuelgues, esto es importante.

― ¿Qué sucede Alma?― Escucho su tono aburrido y de reproche, como siempre.

― Tío, estoy siguiendo un auto hacia las afueras de la ciudad, en él van Em y su papá, él la ha secuestrado o eso creo, no los perderé, lo prometo, pero llama a la policía, dales mi número placa y el número del de la foto que te enviaré.

― Alma, voy a rastrear tu auto y ya saldré para allá, no los pierdas pero tampoco hagas nada estúpido. No dejes que te vea, es muy peligroso, ese tipo es un psicópata, ¿si me entiendes?― Su voz estaba a punto de quebrarse, podía sentir como lo estaba inundando el miedo.

― Sí tío, seguro, si puedo te enviaré una foto del lugar a donde lleguemos.

Sigo conduciendo a una distancia prudencial hasta que llegamos a una especie de helipuerto abandonado, me aparco entre unos árboles antes de llegar al lugar y veo como él arrastra a Em hacia un hangar, espero por un momento pero no puedo aguantarme más y camino hacia el lugar, no puedo permitir que le haga nada a Em, trataré de ganar tiempo para tío David. Entro haciendo ruido muy a propósito, rápidamente él se da cuenta de mi presencia, está vestido como una persona normal, de hecho se ve pulcro y peinado con pantalones color caqui; engañaría a cualquiera si sus ojos no tuviesen ese brillo de demencia que muestran ahora. Emma se ve aterrorizada, tanto que puedo sentir su alivio cuando me ve, es mucho decir puesto que ella me odia. Él me mira con curiosidad y toma a Em del brazo de nuevo, finalmente habla:

― ¿Qué haces aquí? Tú eres la zorra desgraciada que engañó a mi niñita... ¿A qué viniste? eso fue algo muy tonto... venir a meterte por voluntad a las fauces del lobo, porque te haré pagar todo el daño que le hiciste a mi bebé...

Estado sentimental: es complicado (DGPP #2).Where stories live. Discover now