Eso pasa cuando no tienes nada que perder...

200 40 37
                                    

David.

Estoy tratando muy fuerte de no llamar a Juliette, estoy tratando de mantenerme firme por Emma y por los niños, ellos de verdad me necesitan y sé que si la llamo, eso significa la perdición para mí. Simplemente no pienso con claridad cuando aparece, solo pienso en cómo me encantaría que fuese... estoy tratando de bloquear su nombre en mi mente solo porque así me obligo a mi mismo a recordar que está mal, que tengo que dejarla en paz, descansar en paz...

Me encuentro sentado en la cama frotando mis manos nerviosamente, en cierto punto es como si soy un adicto, como si no puedo superar la adicción a ella, necesito rehabilitación, estoy consciente...

«No llames a Juliette David, ella no es... déjala ir... déjala ir...»

Suena el timbre de la puerta principal y miro por mi pantalla inteligente, es Juliette, claro, como no lo vi venir... pero no hay nadie en casa, aprovecharé este momento para terminarle de una vez por todas.

«Mantente firme, mantente firme»

Abro la puerta y ella entra usando una ropa muy parecida a la de... es demasiado igual, parece la tomó de entre sus cosas.

― ¿De dónde sacaste esa ropa?

― De ninguna parte, la compré, como todo el mundo... ¿Qué acaso no puede una chica comprar ropa nueva?― Me mira con malicia y entra en la sala.

― Juliette, necesitamos hablar, siéntate por favor.

― ¿Qué te parece si hoy nos sinceramos y comienzas a verme de una vez como si soy ella, porque sabes que mi cabello es como el de ella... mi piel es como la de ella, mi cuerpo, todo te recuerda a ella... es casi como si pudieses tocarla de nuevo, ¿no es cierto?― Se abalanza encima de mí y toma mi polo con ambas manos, apretándolo― Puedes tocarme David, porque soy M, es como si tocaras a M...― Me guía a arrastrar las manos por su cuerpo y me besa con furia, no puedo evitar pensar que es cierto, es por esto por lo que la busco... cierro los ojos para dejarme llevar por un momento, pero recuerdo que Emma volvió y... los gemelos...

― No, Juliette...― Ese es su nombre... no es ella... no es― No podemos seguir con esto porque mis hijos... ellos me necesitan y yo...― Me detengo porque desabrochó mi pantalón y bajó el cierre, mi respiración se hizo agitada súbitamente.

― Sabes que quieres esto tanto como yo... sabes que no puedes decirme que no― La atrapo por la cintura y se sube a mí en acto reflejo, subo con ella encima hasta mi habitación, cierro la puerta tras de nosotros― No vayas a dejarme David, yo te amo, te amo precioso...― dijo contra mi boca y atrapé un puñado de su cabello pelirrojo en mi mano.

― Te amo, preciosa...― respondí en un éxtasis infinito al escuchar realmente esas palabras de nuevo, si la miraba veía a M, si la tocaba o le decía algo, yo la veía a ella, a M. La saqué de la ropa tan rápido como pude, ella se dio vuelta para hacerme embestirla desde atrás, halé de su cabello un poco y besé su hombro con deseo.

― Sí, David, más... más... más rápido― gimió seguidamente y ya yo me encontraba a tope―, ¡ah! así, no pares ah, ah...

― M... mi amor... M...― solté cuando acabé, pero ella no paraba de moverse contra mí aún, siguió hasta que terminó por decir:

― Quiero más papasito, otra vez― Me detuve desconcertado porque jamás me había llamado de esa manera, de hecho, M odiaba ese tipo de apodos, decía que eran guarros y sin clase... M jamás hubiese dicho algo como eso... Juliette había estado jugando con mi mente desde que llegó, había estado aprovechándose de que yo tengo esta debilidad, pero la dejaría, claro que lo haría― ¿No lo vamos a hacer de nuevo?

Estado sentimental: es complicado (DGPP #2).Onde histórias criam vida. Descubra agora