extra #1.

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David.

― ¡Buenos días mi amor! precioso es tarde, como: tarde, tarde. Espero no te hayas tirado al abandono como yo sabía que lo harías en algún punto de tu vida, dormir tanto no puede ser normal, menos en una persona como tú que eres un futbolista, ¡Jesús! ¡Basta ya de esa flojera!― escucho esa voz... esa voz que... estoy confundido... froto mis ojos con las palmas de mis manos para asegurarme de que en realidad estoy viendo lo que estoy viendo― Bueno David, ¿no me vas a responder? hoy mi paciencia no está en su máximo apogeo pana, levántate ya― espeta molesta, su ceño está fruncido, no puedo creer que estoy viendo ese ceño fruncido de nuevo.

― ¿M?― pregunto aún en una especie de incredulidad extática, la miro fijamente, es ella...

― Sí, ¿Qué, qué me estás mirando? ¿Acaso me veo diferente? estás rarísimo David, es increíble como yo vengo toda amorosidad y miel sobre hojuelas, para que tú me salgas con esto, me provoca mandarte al infierno...― dice molesta levantándose de la cama, me hace reír, la retengo por el brazo resignándome finalmente, luce igual que... igual que siempre...

― Sí, tienes razón, me levanté algo confundido, ¿Qué te parece comenzar de nuevo?, voy a fingir que duermo y que no estoy mirando que llevas puesto ese sugerente vestidito de lencería blanco... tú finge que te estás levantando― Ve hacia un lado como sopesando qué tan inmaduro es lo que le estoy pidiendo, pero sonríe de cualquier manera y me responde:

Ok, como quieras― Finjo que vuelvo a dormir y ella acerca sus labios a mi oído, los roza contra mi oreja y puedo sentir como está sonriendo, esta debe de ser la sensación más indescriptible que he tenido en la vida, ahora susurra:

― Buenos días, mi amor...― Coloca su mano derecha contra mi mejilla y me acaricia, la tomo para entrelazarla, pero no la detengo de que siga susurrando― ¿No te parece genial este calorcito de Brasil? me encanta como la habitación se ha iluminado con el sol que hace, me encanta esta casa que eligió Regina, es absolutamente perfecta. Aunque me voy a levantar a buscar el control remoto para cerrar los ventanales, porque lo que va a suceder ahora no es apto para todo público― termina de decir y busca mi boca, pero no me besa, se detiene a centímetros de mi cara y abro los ojos para encontrar los suyos tan cerca, los grandes ojos color chocolate.

― No hace falta que cierres nada, no voy a permitir que te muevas de aquí...― dije en un suspiro― ¿Por qué estás usando lencería tan temprano?― se ha levantado a mi lado dejándome ver la tela transparente ceñida a su cuerpo, el vestidito es de encajes y vuelos, sus pechos se encuentran apretados en el blanco brassiere, la vuelvo a atraer hacia mi solo pensando en lo perfecta que se ve, mi respiración estaba agitada por el simple hecho de tenerla cerca, su pecho sobre el mío, mis manos sobre su espalda, no la iba a dejar moverse un solo centímetro de aquí.

― Ahora somos exhibicionistas... cada día te superas más en desordenes sexuales, te felicito y congratulo compañero... estoy usando lencería para celebrar que estamos en Brasil... eso es todo ― se ríe como una niña y trato acercarla para besarla poniendo una mano en su nuca, pero ella no se deja―. Esto lo vamos a hacer a mi manera... no sé cuando vas a aprender de una vez por todas que conmigo las cosas siempre se hacen así― Barre mis labios con los suyos, y se coloca a horcajadas sobre mí, estoy esperando porque comience a quitarme la ropa o me envuelva en uno de esos besos arrebatadores que siempre me perdían en una locura demasiado placentera, pero eso nunca llega, en cambio, se termina de sentar sobre mi y dice como si lo acaba de decidir: ―. Hoy esto no va a ser sobre sexo, I mean, siempre tenemos sexo y qué chévere, sí, sé qué vas a decir: que soy la principal promotora de que no seamos demasiado cariñosos cuando tenemos relaciones, pero hoy voy a probar cosas nuevas...― Está tomando uno de mis rulos y enroscándolo en su índice.

Estado sentimental: es complicado (DGPP #2).Where stories live. Discover now