Capítulo 03: De hombre a mujer.

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  John, Paul, George y Ringo corrieron rápidamente hacia el recibidor al escuchar la perrilla abrirse. Para su gran sorpresa sólo era Hank, el viejo podador que George había contratado para que cortase su alfombra de pasto de real hace dos años.

― ¡Válgame! ― exclamó Hank al darse cuenta de que las cuatro señoritas no lucían presentables pues tres andaban en pijama y otra envuelta en una bata de baño. Hank se llevó ambas manos directo al rostro, tapándose los ojos.
― ¡Hank! ― dijo Paul con cierto desconcierto.
― Lo lamento, señorita McCartney― se disculpó el humilde jardinero. Cuando Hank hizo el ende "señorita" a Paul, John no pudo evitar reír. ― Sólo vine a recoger el dinero de ayer... ― tosió indiscretamente. ― Si me permite...

Hank era un hombre de confianza para The Beatles, Paul recordó que en los días de pago por los servicios del jardinero en la casa Beatle cualquier integrante de la banda acostumbraba dejar en la mesa del recibidor el dinero de Hank para que éste lo tomase en cuanto fuese. Paul miró la mesita del recibidor y se dio cuenta de que ahí estaba el dinero, tan intacto y bien contado en cantidad.
― Ah, claro, tómalo ― dijo Paul a Hank, quien se sentía cohibido al ingresar en una casa donde las integrantes estabas escasas en ropa.
― Pero con confianza, hombre ― habló John. ― No mordemos ni somos un par de chavales en busca de carne madura― comenzó a reír de manera brusca y Ringo le dio un codazo para que dejará de hablar mientras sujetaba el lazo de la bata de baño con su mano libre. ― Auch ― se quejó John.
Algo extraño les sucedía a las cuatro chicas, de eso se pudo percatar Hank, pues él sabía que ellas siempre se levantaban más temprano y le recibían bien vestidas o, cuando no estaban en casa, le dejaban una nota muy cordial diciéndole algo referente a su paga. Ahora que las veía notaba un pequeño cambio; estaban fachosas y ellas nunca gustaban verse así y menos a esa hora del día. Las cuatro se arreglaban para lucir guapas ante todo el mundo, cuidando su imagen retro. Parecía como si ellas no se conociesen en realidad, al menos cada una consigo misma.
― Gracias ― articuló Hank al tomar el dinero. ― Ahora me retiro... ― bajo la vista. ― Con su permiso, señoritas.

Cuando Hank salió Ringo se aproximó a la puerta y la cerró. Respiró profundamente y se ajustó la bata de baño. Encontró cercanos los sofás y caminó a uno de ellos para tomar asiento. Cruzó una pierna sobre la otra, eso le resultaba cómodo en aquellos instantes. Por suerte la bata de baño era lo suficientemente larga para cubrirle los muslos por completo.
― Ese fue el momento más incómodo de mi vida ― masculló él.

Sus amigos le acompañaron tomando asiento en los otros dos sofás restantes. Se dieron cuenta de que estos tenían otra tonalidad de color, eran más claros, más suaves y combinaban con los colores cremosos que había en las paredes de la casa.

― Y el mío también ― declaró George. ― Solo miren todo esto ― apuntó a cualquier dirección. ― ¡Aquí pasaron manos femeninas! Incluso mi habitación tiene tonos pálidos en morado como el lila y todo huele a flores. Vean, hay velas aromáticas y jarros con flores y plantas... todo tan cuidado y crema, ¡Y lo peor es que me gusta!

George dejó salir un lloriqueo afeminado mientras pisoteaba de manera berrinchuda.

― A mí también me gusta la decoración ― admitió Paul. ― Aunque antes, cuando Jane me hablaba del decorado con ojo femenino, yo nunca le di importancia ― suspiró. ― Pero ahora me siento atraído por todo. Como si tuviera...
― Una mente de mujer ― a completó John, con cierto temor. Su voz era temblorosa. ― Sí, creo que eso nos está pasando. De repente me gusta jugar con mi cabello largo y pestañear demasiado... ¡Oh, cielos!, ¡Y estoy perdiendo la calma otra vez! ― empezó a tocarse sus hebras desesperadamente, como si quisiese arrancarse cada cabello. ― ¡Ay!

Al parecer John presentaba en su nuevo cuerpo un poco de desesperación temprana, lo que le proporcionaba ataques de migraña constantemente cuando no estaba de acuerdo en algo o se sentía sofocado. ¡Vaya regalo!

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