Capítulo 41: La unión hace la fuerza.

183 18 21
                                    

Ringo supo que alejar a George de Paul era la solución más idónea para que no explotase Troya. Afortunadamente la presencia de Mike McCartney sirvió para menguar el humor de McCa, que centró toda su atención en el hermano dolido.

     Starkey condujo a George hasta su habitación para que se calmase. Una vez ahí, le pidió que tomase asiento en la cama por el bien propio.

    A Georgine le palpitaba rápido el corazón. La sangre le corría por las venas sin que pudiera olvidar la mirada de desprecio que le dedicó Paul. Sentíase triste, molesta consigo misma, llena de vergüenza. Y sabía que pronto John estaría al tanto de la situación, y una traición como esa era imperdonable.

    —He cometido la peor estupidez de mi vida —se lamentó entre lágrimas —. Me siento tan culpable... —y rompió a llorar, cohibido.

    Por alguna razón que no se explicaba abiertamente, Ringo sintió compasión y tristeza al ver a su amigo llorar. Era sincero, inseguro y cruel al agobiarse tanto. Pensó en las palabras de Maureen sobre lo mucho que necesitaría George de él. Cuando vio a Paul casi irse en contra del más pequeño de los cuatro, supo que no podría ignorarlo por completo.

     Que le importaba.

     Así pues se inclinó hacia la joven que lloraba cubriéndose el rostro y le tocó un hombro.

    —No le hagas caso a Paul... —comenzó Ringo lentamente —. Sabes que siempre ha sido un histérico y se desquita con los demás cuando tiene problemas.

    —Tu escuchaste como me llamo traidor, Ringo —Georgine se limitó a mantener la cabeza baja —. Me siento tan mal y responsable. Cuando John regrese a casa, no quiero ni imaginarme cómo se pondrá. Le fallé. Le fallé a todos. Para empezar nunca debí conocer a ese tipo...

    —Tal vez eso sea verdad... —la mano de Ringo acariciaba dulcemente el hombro izquierdo de la joven —. Pero eso no quiere decir que nos debas nada. Creo que vas a encontrar una explicación adecuada para cuando llegue el momento de que te enfrentes con John. Mientras tanto, procura no derrumbarte en tu propio abismo y serénate. Por favor, ya no llores.

    Nunca, desde el incidente con Roger en la fiesta, Ringo se había mostrado tan amable y comprensivo con George —o Georgine—. Y ahí estaba él, con firmeza en la voz y palmadas de apoyo. La chica alzó la mirada hacia los ojos azules de su compañero y emitió un sollozo débil.

    —¿Por qué te portas así conmigo ahora? Creí que me odiabas...

    Starr se mordió el labio inferior mientras apartaba la mano para colocarla sobre la otra que tenía libre.

    —Bueno... No puedo odiar a alguien que conozco de mucho tiempo. Por mucho que me hicieras enojar, eres mi amigo, George. Además, Paul no es quien para lanzar piedras si él carga muchas en su espalda.

    —¿De verdad?

   Ringo asintió.

   La joven veía en los ojos azules de Ringo la misma sinceridad y brillo que tenían cuando ambos eran cercanos. No podía negarlo. En momentos tan críticos necesitaba de la compañía de un amigo, de su mejor amigo. Quería abrazarlo, decirle cuán importante era tenerlo ahí, sin embargo se detuvo por una simple cuestión. Quizá la más importante. Ringo era amigo de George, omitiendo el cuerpo, pero ella era Georgine. Una mujer completa.

• MORE THAN A WOMAN •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora