Capítulo 18: Fiesta en casa de Carl Dennison.

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—Una fiesta, vaya, vaya; una gran fiesta —leyó la pequeña Julianne emocionada —. ¿Podemos ir?

—No —se negó John con determinación.

     Julianne enarcó una ceja al mismo tiempo que se cruzaba de brazos. John, por su parte, yacía sentado frente al espejo, peinándose, y tratando de ocultar su fatiga y dolor de espalda tras dormir en el sofá por tres noches seguidas.

     —Qué fastidio... —bufó Julianne.

     —Eh, ¿qué te dije de ese tono? —John la miró.

     —Ay —suspiró Julianne y después cambió su tono por uno más dulce —. Perdona, madre.

     Lennon asintió con una sonrisa de victoria y continuó arreglándose el cabello.

     —¿Si tú y tus amigas van a ir, con quién nos dejarás a John y a mí, madre? —preguntó Julianne dando una mirada de espontaneidad a su madre.

     —Con su tío Brian. Él no irá —respondió John, a lo que Julianne hizo una mueca de sorpresa —. ¿Ahora qué, niña?

     —¿Tío Brian? ¿Debo llamarle así a ese judío?

     —¡Julianne! —le reprendió John, molesto —. ¡No vuelvas a decir eso! Brian es su tío, no un judío para ustedes. Y ni te atrevas a llamarle así nuevamente.

     «Sólo yo puedo llamarlo judío», pensó.

     —¿Por qué tú...?

     —¡Haber! —exclamó y se dio media vuelta hacia la niña —. Si dejas de hacer preguntas, te dejaré comerte todos los dulces que están en la alacena, los que quieras. ¿Te parece?

     Centellaron los ojos de la chiquilla Lennon al imaginarse los jelly babies de diferentes sabores en su boca.

     —¡De acuerdo! —aceptó, dando de esa manera finalizada su conversación.

Brian aceptó el favor de John para quedarse cuidando a los niños, pues sabía que su presencia no era tan importante en la fiesta como lo eran The Beatlas

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Brian aceptó el favor de John para quedarse cuidando a los niños, pues sabía que su presencia no era tan importante en la fiesta como lo eran The Beatlas. Además, también era necesario siempre quedar bien con el señor Dennison ya que representaba un contacto "adecuado" en las ventas del grupo femenil inglés.

     Para la fiesta Twiggy se encargó de escogerles los atuendos más nuevos de la temporada así como peinados que resaltasen la estética de sus rostros. Como en aquella época el delineado y las pestañas grandes eran de suma importancia, los chicos nuevamente tuvieron que someterse a tal martirio de maquillaje exagerado que les sacaban lágrimas y les enrojecían los ojos.

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