Capítulo 45: Radiante va la novia.

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—¡Tendremos una boda! No puedo creerlo —Maureen iba de un lado a otro en el camarote, buscando pasadores para ajustar el sujetador del vestido de Jane —. Pauline se pasó. Mira que traernos aquí para celebrar tu boda.

Jane respondió con una sonrisa mientras se contemplaba en el espejo. Aquella tarde se asomó en su rostro todo cuanto era bello, dándole un brillo especial en los ojos y un as de ternura especial que le hacía ver más hermosa que nunca.

Ninguna de las chicas tenía previsto nada, pero cuando Pauline entregó a cada una los vestidos de damas de honor, confeccionados por Twiggy, se pusieron en manos a la obra para después centrar toda la atención en Jane, cuyo vestido era sencillo —como ella había deseado—, pero elegante y divino.

—Twiggy dijo que posaría para ella en todas sus temporadas durante dos años —les explicó Paul minutos antes —. Pero no importa. Quiero que hoy todo salga perfecto.

Dentro del yate había mucho movimiento. Lograron zarpar una vez que el juez que Paul contrato con antelación en el puerto subió a bordo. La idea principal era que la ceremonia de bodas se celebrase mientras el yate estuviese a la mar, para después hacer un brindis en la cubierta principal y finalizar con la estadía en la isla de Leslo.

Pese a que Jane y Mike habían aceptado la propuesta de Paul, él prefirió mantener distancia con su antigua novia para no incomodarla en el que debía ser su día más importante; y aunque no quería admitirlo, prefería no ver cómo su amor se iba con alguien más, a quien ella había elegido. Y no lo hacía de malas, ¿a quién no le destroza el corazón ver cómo alguien que amas se aleja para siempre?

Desde un principio la señorita Asher supo que no quería usar un vestido tradicional que le hiciera parecer otra novia más. Twiggy también lo sabía y por ello diseñó un traje de bodas que, hubiérase podido creer, que en ese vestido las esperanzas y los dulces sueños que abundaban el corazón de Jane.

De blanco y bordados hechos a mano, el traje era corte recto; de falda corta que uno tradicional pero elegante, con mangas y ceñido de la cintura. Cuando se lo puso, Jane, a su vez, parecía otra rosa, aumentándose así su encanto y ternura.

Sus amigas le peinaron el hermoso cabello pelirrojo, y como único adorno Pattie le puso una corona de flores rojas y blancas que había confeccionado ella misma.

—Te ves hermosa —opinaron todas.

—Eres la Jane de siempre, pero estás tan guapa y encantadora, que si no temiese arrugarte el vestido, te daría un fuerte abrazo —dijo Pattie mirando a la chica, después de colocarle la corona.

—Eres un encanto, Pattie. Pero no te preocupes por el traje, abrácenme todas.

Al mismo tiempo, Jane abrió sus brazos y sus amigas correspondieron risueñas a aquella caricia, dándose cuenta que ningún contratiempo destruiría su cariño de hermanas.

En aquella ocasión solemne las chicas llevaban trajes de seda color gris plateado, los mejores que Twiggy había confeccionado en menos de una semana; se habían adornado el cabello con rosas y perfumado el cuerpo. Al terminar de arreglar a Jane, posaron los ojos en ella.

—Te ves hermosa, Jane —Ringo tomó su cámara fotográfica —. Qué bueno que te arreglamos a tiempo, así podré tomarte unas fotos antes de que inicie todo. Tranquila.

• MORE THAN A WOMAN •Where stories live. Discover now