~Capitulo 2.

2.7K 77 0
                                    

  Erin está enamorada 

—¿Quién es el chico? — pregunto. 

—¿Qué chico? — dice ella. 

No sé por qué se molesta en mentir. Sabe que sé que hay un chico.Siempre me doy cuenta. 

—El chico del que te has enamorado — digo  

  Ahora que Erin ha conseguido el escarabajo descapotable que lleva toda la vida queriendo tener (en azul celeste, que es un color realmente precioso) ya no tengo que esperar a que mi madre venga a recogerme al instituto. Me encanta la sensación de conducir de vuelta a casa con Erin,como si fuéramos completamente libres, como si pudiéramos ir a cualquier parte. Su escarabajo consume unos cuatro litros por cada cuarenta kilómetros. Podría ser mejor, así que solo apruebo parcialmente la eficacia del nuevo vehículo. Pero lo que sí apruebo completamente es el soporte para flores, en el que siempre hay alguna de mi jardín.Desde que a Erin le compraron el coche, se ha portado genial trayéndome a casa todos los días. En nuestra ciudad todo está muy desperdigado. Hay gente a la que le gusta dar paseos, pero a pie no se puede ir a ninguna parte. A veces voy en bicicleta a lugares que queden cerca de mi casa pero, para ir a los sitios «de verdad», hay que tener coche. Erin pierde un montón de tiempo en ir de mi casa a la suya por llevarme. Menos mal que está encantada con el coche:cualquier excusa le viene bien para conducir. 

  —No hay ningún chico — dice Erin. 

Tiene esa sonrisilla que se le pone cuando guarda un secreto y la mirada perdida. Es evidente que hay un chico.

 —Ah —respondo — , o sea, que hay un chico.

 —Bueno — Más miradas perdidas —. Puede que haya un chico. 

—Si hubiera un chico, ¿cómo se llamaría? 

—Justin. 

He coincidido en unas cuantas asignaturas con Justin, pero la verdad es que nunca he hablado con él. Está con Erin en la optativa de Multimedia. Lleva detrás de él desde que empezó el segundo trimestre, pero no se le ocurría cómo abordarlo. Después los pusieron juntos para un trabajo de grupo y empezaron a hablar.  En realidad, empezaron a hablar un poco antes. Tienen un grupo de amigos en común. Yo lo llamo el Círculo de Oro. Es el mismo grupo con el que yo solía salir, pero eso fue antes de que Justin y otros cuantos chicos que no conozco se unieran. Aún saldría con ellos si fuera tan cómoda como solía ser. Y si Bianca no hubiera tenido su crisis nerviosa, claro.No sé qué le pasó. Supongo que se dio cuenta de que estaba empezando a apartarme de ellos. No fue una decisión consciente, ni nada por el estilo, es solo que me dejó de apetecer hacer cosas en grupo. Sobre todo porque eran siempre las mismas fiestas, en las mismas casas con las mismas cien personas. Mis lazos con ellos me estaban empezando a parecer superficiales.

  Bianca se ofendió. 

—¿Por qué eres así? — me soltó un día. 

Unos cuantos estábamos en Green Pond, bromeando y pasando el rato.Yo me estaba empezando a aburrir. Me fijé en una gran roca que sobresalía del estanque y fui a sentarme allí sola. Bianca me siguió.

 —¿Ser cómo? — pregunté.

 —Te comportas como si te creyeras mejor que nosotros. 

—No, para nada. 

—Entonces, ¿por qué no quisiste salir con nosotros el fin de semana pasado? 

—No me apetecía.

 —¿Por qué no? 

—No lo sé. No sabía que fuera una actividad obligatoria.

El novio de mi mejor amiga.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن