~Capitulo 32.

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Blake no volvió ayer al instituto. Y eso no es nada bueno, teniendo en cuenta que era el primer día de clase y eso. Pero hoy no puede volver a faltar.

Mientras espero a Blake en la puerta, Justin entra en el párking de estudiantes. Lo observo mientras aparca el coche. Ojalá pudiéramos estar juntos. Nunca he querido algo en mi vida con tantas ganas. Justin camina hacia mí a través del césped. Intentó hablar con Erin ayer después del instituto, pero ella lo ignoró por completo. Después intentó llamarla por la noche, pero no respondió. A mí me pasó lo mismo cuando intenté llamar a Blake (tantas veces que casi me da vergüenza reconocerlo).

—¿Por qué no se lo cuento yo? — le dije a Justin cuando me llamó—. Está claro que no quiere hablar contigo. No podemos seguir esperando.

—Yo no estoy esperando —replicó Justin—. Estoy preparado para contárselo.

—¿Y si le mandas un email ?

—Creo que no está bien hacer esto por email.

—Pero tampoco está bien que no podamos estar juntos.

Cuando lo veo acercarse, cada centímetro de mi cuerpo se muere por tocarlo. Pero aquí nos vería todo el mundo. A no ser que...

Justin se acerca a mí lentamente. Me mira. No dice nada. Sus ojos son del verde más oscuro que he visto nunca.

—Encuéntrate conmigo en las escaleras del ala de Ciencias antes de comer — le pido.

Este año volvemos a tener la misma hora para comer. Con la diferencia de que, este año, Erin también tiene esa hora libre. Ayer me costó muchísimo sentarme con ella y hacer como si no pasara nada mientras lanzaba miraditas a Justin, que estaba tres mesas más allá, esperando que él también me mirara... Porque, por si no tuviéramos bastante, este año no se nos permite salir del instituto a la hora de comer. Algunos de los imbéciles de último año se cargaron ese privilegio a finales del curso pasado cuando armaron un gran lío en un restaurante y ahora nosotros tenemos que pagar el pato. Así que los estudiantes de último curso de este año estamos atrapados en la cafetería hasta el próximo semestre.

Justin asiente y sigue caminando. Sé que dije que no quería verlo hasta que Erin lo supiera, pero no puedo seguir haciendo esto. Él es en lo único en que puedo pensar. Ahora que no podemos estar juntos, deseo estar con él cien veces más. Me estoy volviendo loca.

Blake aparece dos minutos antes de que suene la primera campana. No parece que tenga prisa por llegar a tiempo.

—Por favor, no te enfades conmigo —le digo — . Odio que nos peleemos.

—Me pregunto quién tendrá la culpa de eso —responde él y pasa de largo.

Antes de la hora del almuerzo, todas las asignaturas parecen durar una eternidad. Mientras miro fijamente el reloj en clase de Historia, tengo la sensación de que el tiempo retrocede en vez de avanzar.

En cuanto suena la campana, meto mis cosas en la mochila y corro al ala de Ciencias. Hay un lugar secreto bajo las escaleras.

No sé si alguien más lo conoce. Lo encontré un día, el primer año de instituto, cuando estábamos haciendo un ejercicio de Biología en el pasillo y mi pelota de poliespan rodó hasta este escondite.

Mientras espero a Justin, me concentro en no hacer ruido. Si alguien me encontrara esperando bajo las escaleras, me moriría de vergüenza. No sé qué voy a hacer cuando llegue aquí. Solo sé que tengo que estar a solas con él.

Escucho que la puerta que hay en lo alto de las escaleras se abre y unas chicas ríen.

—Solo es un rumor de mal gusto — dice una de las chicas —. No es gay.

El novio de mi mejor amiga.Where stories live. Discover now