~Capitulo 38.

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Hace una semana, que vi la web. Hace una semana que sé que todo el mundo la ha visto. Una semana más en la que Erin y Danielle me han hecho el vacío. Una semana más evitando a Justin, que es lo más difícil de todo.

¿Por qué no termina ya esta pesadilla? ¿Se supone que, de ahora en adelante, mi vida va a ser siempre así? Mis calificaciones han caído en picado. Este año no estoy siendo capaz de concentrarme en los estudios. El profesor Bradley me ha llamado a su despacho para que hablemos de por qué mis notas son tan malas. Fue divertido. Tuve que prometerle que estudiaría más para que que me dejara marcharme. Pero da igual, parece que últimamente me he hecho experta en romper promesas.

En cuanto termina la clase de Historia, Connor corre a mi pupitre antes de que pueda escaparme.

—Tengo que enseñarte una cosa — me dice.

—¿El qué?

—Aquí no. ¿Qué tienes ahora?

—Pausa para comer.

He vuelto a comer en la cafetería. Blake me ha perdonado, así que me siento con él y con el grupillo de los «artistas».

Adoptaron a Blake gracias a sus impresionantes dotes como soplador de vidrio. Son un grupo de gente realmente interesante. Me alegro de haber tenido la oportunidad de conocerlos antes de terminar el instituto.

—Vamos.

Connor me guía por el pasillo hacia el ala de Ciencias.

—¿Dónde vamos? —pregunto yo.

—Es un secreto.

—¿Qué tienes ahora?

—Literatura.

—¿Te vas a saltar Literatura para esto?

—Hay cosas más importantes que la Literatura.

Entonces, sucede algo increíble. Connor me lleva a mi escalera secreta.

—¡No puede ser! — digo.

—¡Ssshhh!

—¿Cómo has descubierto este sitio? —susurro.

—¿No lo conoce todo el mundo?

—¡No! ¡Pensaba que yo era la única!

—Bueno, pues no lo eres —Connor saca una nota — , Justin me ha pedido que te dé esto.

Justin no se rinde. No me ha llamado en toda la semana, pero sé que está decidido a recuperarme. Sabía que no tiraría la toalla. Tengo miedo de lo que pueda decir la nota. Tengo miedo de que vaya a hacer que tenga aún más ganas de estar con él.

—Oh — Tomo la nota —. Gracias. Yo... Ehhh... la leeré luego.

Me la meto en el bolsillo trasero de los pantalones.

—Te quiero enseñar otra cosa —Connor rebusca en su mochila y saca un cuaderno hecho un desastre —. Este es mi diario de hace unos años.

—¿Tienes un diario?

—Los chicos americanos no suelen tenerlos, ¿eh?

—¿Y qué? Tampoco llaman joggings a los pantalones de chándal. Está claro que los chicos americanos se pierden muchas cosas.

—Podrían esforzarse un poco más. Ser más sensibles, no sé.

—Ojalá...

Esa es una de las cosas que me gustan de Justin, que es sensible y no le da miedo mostrarlo. A la mayoría de los chicos les da vergüenza expresar una micromilésima de sentimiento, pero Justin no es así.

Y tengo la prueba en el bolsillo de los pantalones.

Connor hojea su diario y me enseña una página. Está en francés.

—¿Qué pone? — le pregunto.

—Lo que  está pasando a Justin y a ti me recuerda a algo. Había una cafetería cerca de mi antigua casa, en Montréal. Me gustaba sentarme siempre en la misma mesa, junto a la ventana, ¿sabes? Las mesas tenían unos manteles blancos que parecían servilletas gigantes, de esos sobre los que puedes dibujar. Un día fui a la cafetería y alguien había escrito algo en mi mantel.

Connor me traduce el mensaje del diario: habla sobre una persona que no sabe quién es su alma gemela, pero la está buscando. Una persona que nunca se rendirá. Alguien que, cuando encuentre al amor de su vida, lo reconocerá inmediatamente. Alguien que cree que hay que seguir los dictados del corazón y encontrar el amor verdadero:

—¿Ves esta frase?

Connor señala una línea que dice:

"Rien ne va arrêter ma quête pour te trouver"

—Me abrumó la intensidad de la frase — me dice Connor —. Dice: «Nada cesará mi búsqueda por encontrarte». Esta persona seguirá buscando toda la vida si es necesario. Pero Justin y tú ya se han encontrado. Está claro que están hechos el uno para el otro, pero no están juntos. Y eso es un problema, ¿no?

Tiene razón, pero que no estemos juntos no es mi único problema. Aunque también creo que el desconocido escribió ese mensaje para que Connor pudiera explicarme lo que significaba. Parece que esta vez el destino me ha enviado un mensaje desde otro país. No debe de ser fácil para Connor contarme todo esto. Sé lo que siente por mí. También sé que está preocupado por lo triste que estoy. Es como si estuviera ignorando sus propios sentimientos por respeto a los míos. Es de ese tipo de personas.

—Gracias por esto — le digo —. Probablemente esto tampoco esté siendo fácil para ti.

—No, no lo está siendo. De hecho, he estado a punto de no enseñártelo pero... es que quiero que seas feliz.

Eso es lo mismo que dijo Justin. Solo quiere que sea feliz. Pero lo único que podría hacerme feliz es precisamente lo único que no puedo tener. Quiero estar con Justin más que nada en el mundo, pero no puedo romper la promesa que le hice a Erin. Tiene que perdonarme. Sé que no será fácil y que quizá tenga que esperar mucho tiempo, pero Erin tiene que perdonarme. Y eso no va a pasar si no le demuestro que nuestra amistad significa para mí mucho más que estar con un chico.

Cuando llego a casa, desdoblo la nota de Justin. Está escrito en código secreto. Y, cuando la descifro, leo:

I need you so much closer.


El novio de mi mejor amiga.Where stories live. Discover now