~Capitulo 8.

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A veces Erin y yo vamos juntas a la ciudad. Es un ritual que tenemosdesde hace mucho. Nuestras madres solían turnarse para llevarnos encoche. 

Ahora que Erin conduce, el ritual parece completamente distinto.Solía ser una ocasión especial que esperaba con ilusión. Pero, ahora,podemos ir a la ciudad cuando queramos. Supongo que se podría decir queestá perdiendo la magia, aunque las cosas que hacemos cuando vamos a laciudad siguen siendo las mismas:

 • Ver si en Eye's Gallery han traído joyas nuevas (Erin nuncatiene suficientes anillos, a mí me gustan los collares).

 • Comer gofre con helado en Ben & Jerry's (Cherry García paramí, Imagine Whirled Peace para ella). 

• Ver qué cosas nuevas hay en la tienda de animales (yo buscocomplementos para acuario, ella cosas de gato). 

• Asaltar la librería de segunda mano (ella normalmente sale deallí con un montón de libros, yo rara vez encuentro alguno queme guste). 

• Pasear frente al escaparate de la tienda de la vidente. Cuando lohacemos, yo finjo mirar a otro lado.

 La vidente está sentada en una mesa pequeña y redonda junto a laventana. Hay un cartel colgando del cristal que dice VIDENTE: LECTURAS Y BUENAVENTURAS.Tengo y no tengo ganas de mirar, así que, normalmente, terminoponiéndola incómoda al lanzarle miraditas de soslayo. Estoy segura de quese da cuenta. Porque es vidente y eso.A veces pienso que mi vida sería mucho más fácil si supiera lo que meva a pasar. Si pudiera eliminar lo Desconocido de mi existencia, no tendríaque temerlo tanto. Por fin podría saber lo que es vivir sin miedo. Pero aveces la verdad no es agradable. ¿Qué pasaría si me entero de que va avolver a sucederme algo terrible? No sé si sería capaz de vivir sabiéndolo. 

—Entremos —digo. 

—¿Dónde? —pregunta Erin—. ¿Ahí?

 —Sí. ¿Por qué no? 

—Ya te leí la mano.  

  No habíamos programado estudiar Quiromancia en nuestro calendariohasta el mes que viene, pero Erin está tan fascinada con el tema que ya haaprendido las nociones básicas. 

Nos leyó la buenaventura a las dos hacetiempo. No es que dude de sus capacidades y no quiero ofenderla, pero estaes nuestra oportunidad de comprobar con una profesional que lo hizo bien.Quizá incluso averigüemos algo más. Erin ha aprendido Quiromancia de unlibro, no de haberla practicado. Creo que alguien que lleva leyendo manosmucho tiempo puede ver cosas más relevantes. 

—Ya lo sé pero, ¿no sería guay que una vidente nos la volviera a leer?— opino —. Este es el mes del tarot. Y ella tiene cartas. 

Miramos al escaparate. Hay una baraja de cartas y unas cuantas velas enla mesa. Las sillas desparejadas tienen dibujos de colores brillantes. Lavidente no está sentada en su silla. Quizá esté en el almacén, almorzando. 

—Ni siquiera está en la tienda — dice Erin  

  Podemos esperar.

 —Si no vuelve en cinco minutos, nos vamos. 

—Hecho.Erin añade:—¡Anda! ¡Se me había olvidado contártelo! Justin y yo estamosdestinados a estar juntos.

 —¿Y eso es nuevo?

 Nunca he visto a Erin tan emocionada con un chico. De lo único quehabla es de Justin. Cuando intento cambiar de tema, la conversaciónsiempre se redirige hacia él. Todo el mundo en el instituto dice que Erin yJustin hacen buenísima pareja, que son perfectos el uno para el otro y sepreguntan por qué no empezaron a salir antes. El Círculo de Oro estáencantado. El mundo entero está bastante de acuerdo en que estabandestinados a salir. 

El novio de mi mejor amiga.Where stories live. Discover now