~Capitulo 15.

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Tengo mucho hipo. Y no se me pasa.

—Parece grave — dice Justin.

Nos hemos encontrado enfrente de mi taquilla después de la clase de Literatura, así que vamos juntos a la cafetería. Pasamos al lado de la taquilla de Bianca y la dejamos atrás, aunque aprovecha para clavarme su mirada láser. Reprimo las ganas inmensas que tengo de estamparle la cara contra la pared.

—Pues sí que parece — digo yo — grave.

—¿Cuánto tiempo llevas con hipo?

—Diez minutos. Por lo menos.

—Sé qué necesitas.

—¿El qué?

—Eso —dice Justin— te será revelado en breves momentos.

Llevamos nuestros almuerzos a la mesa. Justin sigue sin contarme su remedio. Mi hipo empeora, si es que eso es posible.

—Oye — dice Justin—, ¿has bebido de esta agua antes de empezar a tener hipo?

Levanta su botella. Tiene un iceberg en la etiqueta.

—¿Qué tipo de agua es esa?

—Es agua de iceberg, también conocida como Frescor de Agua Helada.

¿Nunca la has probado?

—No.

—Vale. Entonces no ha sido el agua. Esta marca está relacionada con daños permanentes por hipo. No la bebas nunca.

—Pero si tú la estás bebiendo...

—Sí, pero yo no tengo hipo. Además, no tiene una buena combinación color/ forma/ sabor.

—Hip.

—Sí, a mí también me decepcionó un poco. Pero sabe a rombo naranja, y eso no está bien.

Lo que más miedo da de todo esto es que sé exactamente de qué está hablando. Yo también describo los sabores del agua con colores y formas. Por ejemplo: Primavera Polar es un círculo rojo, aunque me cuesta explicar por qué. Supongo que me viene a la mente un círculo porque el sabor es pleno, redondo. Y el color rojo... No sé por qué se me ocurre eso.

—Evian es un triángulo azul —le informo.

—Sí pero, ¿qué tono de azul?

—Pues azul celeste.

—¿No te resulta increíble que haya gente que no sepa eso?

—La verdad es que sí.

—¿Y Fiji qué es?

—La isla en la que Chuck Noland pasó varado cuatro años.

—¿Quién es Chuck Noland?

—El personaje que hacía Tom Hanks en Náufrago.

—Tienes una memoria impresionante —dice Justin—. Primero me sorprendes acordándote de mis circunferencias de Álgebra y ahora me dejas boquiabierto con esto.

—Me gusta retener información.

—¡Eh! ¡Se te ha pasado el hipo!

Lo compruebo. Pasan diez segundos sin que tenga hipo y no parece que haya riesgo de que vaya a volver.

—Por fin — digo yo.

—Y eso que dudabas de mi técnica.

—Nunca he dudado de tu técnica.

—¿Estás segura? Porque yo pensaba que...

—¡Hola, Lani! —me dice Connor, que aparece de repente junto a nuestra mesa.

El novio de mi mejor amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora