~Capitulo 34.

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Lo sabe todo el mundo.

¿Sabes cuando tienes la sensación de que la gente está hablando de ti? ¿Sobre todo la gente que solía ser tu amiga? Pues así es. Todo el mundo piensa que soy una malvada roba novios que va por ahí arruinando la vida de su mejor amiga.

Nadie sabe la verdad. Y de ninguna manera puedo decirles que Erin está mintiendo.

Pasar por mi taquilla antes de ir a clase es una depresión suprema. La gente me mira. Otros se vuelven cuando los miro. Algunos se ríen. Una chica que ni siquiera conozco me empuja. Me empuja fuerte. Todo el mundo me odia.

Antes de que Erin reenviara el email de Justin a toda la clase, escribió un párrafo en el que decía que yo lo tenía todo planeado. Que yo había querido estar con Justin desde el principio y que se lo robé a sus espaldas. Incluso reescribió el correo para que nosotros quedáramos peor todavía y ella un poco mejor. Como era de esperar, todo el mundo la cree. Es tan convincente que casi hasta yo la creo.

Voy a mi taquilla y me concentro en la clave. No quiero tener que mirar a nadie más. No puedo soportar ver tanto odio en los ojos de la gente.

Cuando Danielle se acerca a mí, no podría sentirme más aliviada. Estaba empezando a pensar que no me quedaba ningún amigo.

—¿Has podido leer el artículo? — le digo.

Tenemos la primera reunión de One World del año en unos días. Me está ayudando a hacer una presentación para captar unos cuantos miembros nuevos.

—Sí... eh... —Danielle saca el artículo de su mochila. Tiene el borde completamente doblado. Me lo da—. La verdad es que no puedo ayudarte con esto.

—¿Por qué no?

—Es solo que... —Mira a su alrededor. Hay un montón de gente mirándonos — .. .no puedo.

Prácticamente huye de mí.

Genial. Hasta mis amigos me odian. Aunque el correo de Erin no puede ser el motivo por el que Danielle me esté evitando. No creo que lo haya dado por cierto sin ni siquiera hablar conmigo. Tengo que averiguar qué le pasa.

A raíz de eso, las cosas solo empeoran. Es como si nadie fuera a concederme la oportunidad de dar mi versión de los hechos. Todo el mundo ha asumido que no tengo versión. Incluso la gente que no conozco.

Por ejemplo, en clase de Física, estaba contestando a una pregunta en voz alta y dos chicas se han puesto a cuchichear. No me hace falta saber qué estaban diciendo para darme cuenta de que cotillean sobre mí.

Me resulta muy difícil estar en esta clase con Justin y no hablar con él, ni mirarlo. Ahora tenemos asientos asignados. Justin está sentado lejos de mí.

Consigo resistirme a lanzarle miraditas para ver si él está haciendo lo mismo.

Después de colgar a Erin anoche, llamé a Justin para contarle lo que le había prometido. Fue una de las conversaciones más deprimentes que he tenido en mi vida.

Por si lo de Física no fuera suficientemente vergonzoso, la hora del almuerzo es aún peor. Después de elegir la comida, me quedo de pie con la bandeja en la mano, buscando un lugar seguro donde sentarme. Erin está sentada con los chicos del Círculo de Oro, Bianca incluida. Estoy segura de que están escuchando una parrafada furiosa sobre lo malísima que soy.

Bianca me lanza una mirada horrible. Sé que estuvo espiándonos el curso pasado, pero no se me ocurrió que fuera tan rastrera como para irle con el cuento de sus visiones distorsionadas a Erin.

Blake está sentado con el grupo de los «artistas». Parece triste. Lo único que tiene delante es un vaso de ginger ale. Sus tendencias anoréxicas aumentan al mismo ritmo que sus niveles de estrés.

El novio de mi mejor amiga.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora