No te pertenezco Peter Pan

15. Añoranza

✏ Dedicación especial a @CamilaFernandez421 : Para algunos podría parecer insignificante, pero para mí significa todo que alguien lea mis historias. Muchas gracias por dedicar tu tiempo a lo que escribo sobre Peter. ♥

Clarisse:

Durante la fogata le conté a Félix sobre mi victoria contra las sirenas, algunos niños escucharon un poco y me pidieron que les contara qué pasó con lujo de detalle. Obviamente no pude perder la oportunidad de contar mi anécdota, siempre había escuchado historias pero jamás fui la protagonista de alguna y no quería perder la oportunidad.

—Sentía que no quedaba nada de oxígeno en mis pulmones, entonces pensé en lo único que detendría a una presumida sirena ¡corté su cabello! —fingí tener una espada para recrear el movimiento.

—¿Y qué te hizo? —preguntó un pequeño pelirrojo.

—Me soltó, juraría que se puso a llorar —asentí con orgullo.

—Vaya y yo que creí que eras una inútil —murmuró.

—¿Inútil? ¿Una inútil puede vencer a Pan en combate? —dije comenzando a alardear.

Todos dieron una exclamación de asombro y se giraron para ver a Pan, él rodó los ojos y caminó hacia nosotros.

—No le hagan caso —colocó una mano en mi hombro—, Clarisse se cayó de la jaula y se dio un fuerte golpe en la cabeza. Muy, muy fuerte.

—Fuerte, el golpe que te di e hizo que cayeras al piso —lo reté.

—La encontré diciendo tantas incoherencias —dijo dándome palmadas en el hombro.

—¡Oye! —me quejé alejando su mano de mí.

—Tal vez fue la insolación —vaciló.

—Félix, tú lo viste —lo miré en busca de ayuda.

—Eh, bueno —mordió su labio—, es cierto lo que dice Clarisse. Aunque yo los encontré a los dos en el suelo, de una forma muy comprometedora...

—¡Bien! —lo cortó Pan—, ya que están muy habladores creo que hoy no necesitarán que toque una canción en la flauta.

Se alejó a zancadas y antes de salir del campamento se giró con una sonrisa en sus labios.

—Hoy Clarisse y Félix se encargarán de entretenerlos —dicho eso siguió su camino.

Los niños perdidos nos miraron a ambos, algunos nos fulminaban con la mirada y el resto parecían confundidos. Félix carraspeó incómodo y yo me encogí de hombros como disculpa, sabía que era sólo un berrinche de Pan pero yo no podía hacer algo al respecto.

—Si no tocarán la flauta ¿entonces nos contarás un cuento? —preguntó el pequeño pelirrojo.

—Supongo... sí, podría intentarlo. Mi novio me contaba todo el tiempo cuentos y me grabé algunos —dije nostálgica.

—¿Tu novio? ¿Qué es un novio? —hizo una mueca.

—Duh, si cuenta cuentos es como una mamá —dijo un castaño de increíbles rizos, le calculé siete años.

—Un novio no es como una mamá, es casi como un papá —aclaró Félix rodando los ojos.

Algunos niños de la isla eran pequeñines de seis o siete años, contrario a los demás que aparentaban mi edad l incluso ser mayores que yo. Resultaba una mezcla extraña ver criaturas tiernas e ignorantes de muchas cosas acompañados de chicos que sabían cómo funcionaba el mundo.