Capítulo extra: Castaño amigable

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Dedicación especial: -moonway 💞

Gracias por esperar a esta olvidadiza escritora de fanfics, siempre aprecio el apoyo que me dan. Me alegra que fueras paciente ♥

Clarisse:

En el momento en que mis zapatos se hundieron en la tierra de la playa se hizo presente la idea de que al fin estaba en mi hogar, sonreí al escuchar el sonido familiar de las olas rompiéndose para deslizarse por la arena. Contra mi rostro chocaban las pequeñas gotas de agua que arrastraba el viento, era una brisa refrescante, sonreí al intuir que Peter estaba de buen humor.

Hice una gran inhalación antes de avanzar hacia el campamento, con nerviosismo por ver a todos otra vez. Existía cierta incertidumbre sobre lo que pudieran decir sobre mi regreso, dudaba si los niños perdidos tomarían como una traición al código que quisiera visitar a mi familia.

El ligero bullicio de chicos jugando, corriendo y hablando entre ellos me hizo sentir cómoda. Algunos me saludaron con un asentimiento de la cabeza, otros sonrieron haciendo que devolviera el gesto y unos pocos apenas notaron mi presencia.

No tardó mucho tiempo hasta que mis niños perdidos favoritos se acercaron a recibirme, Harry fue el primero en darme la bienvenida. Después de ponerme a su altura para que él se asegurara que seguía ilesa, entonces se permitió abalanzarse sobre mí.

—¡Clarisse, al fin volviste! —chilló abrazado a mi cuello, tal pequeño koala.

—Sólo fueron dos días —sonreí al acariciar su cabello.

Félix me miró con detenimiento, podría decir que no creía lo que acababa de decir. Se cruzó de brazos y terminó por sonreír, negó con la cabeza antes de hablar.

—El tiempo pasa distinto en la isla. Mientras tú pasas un día en la tierra sin magia, aquí incluso podría pasar tanto tiempo que cambiará la estación del año.

La sensación de una pesada roca cayendo en mi estómago fue difícil de disimular, no podía creer que había olvidado ese detalle. Los tres chicos lo notaron rápidamente, Ed no parecía que se reservaría los comentarios acerca de mi torpeza.

—No lo esperaba pero tampoco me sorprende —dijo el pelirrojo del mal—, nunca has destacado por tu inteligencia.

Le dirigí una mirada de pánico al chico rubio, él suspiró hastiado.

—Lo olvidaste —afirmó Félix.

—¿Esta vez qué tan malo fue? —pregunté temerosa de escuchar la respuesta.

Ed sonrió con malicia, el pánico cada vez era más real en mi ser.

—El campamento fue reconstruido cuando Peter terminó su rabieta —anunció campante.

—Eso explica su reacción —susurré.

Harry colocó su mentón en mi hombro, acarició mi mejilla con su pequeña mano para reconfortarme.

—Podemos escondernos en mi cabaña —ofreció Harry—, Peter no te encontrará.

Sonreí ante su ofrecimiento, había extrañado las lindas ocurrencias de Harry.

—Oye, también es mi cabaña —se quejó Ed.

Después de prometer que les daría sus obsequios, obviamente cuando no estuvieran el resto de los niños perdidos, fui a nuestra cabaña en busca de Peter. Me sorprendí al encontrarlo de espaldas a la puerta, estaba moviendo una y otra vez pequeñas macetas con suculentas. Él parecía no encontrar el lugar correcto en el tocador, movió una vez más la maceta hasta que asintió en señal de satisfacción.

No te pertenezco Peter PanWhere stories live. Discover now