36. Discusión

24.7K 2.1K 664
                                    

✏Dedicación especial a @jane3773: Espero que te guste el capítulo, es algo diferente pero espero que te guste. Gracias por leer :)

Gran parte de la noche me la pasé pensando en Peter, soñando despierta, repitiendo una y otra vez todo lo que había pasado durante el día. Me sentía demasiado feliz, él me hacía sentir como la persona más dichosa de la historia. Por otro lado, no quería sentirme de esa forma, no mientras era consiente de que en cualquier momento todo podría terminar.

Tenía ese mal presentimiento de que yo podría terminar por boicotear mi propia felicidad.

Apenas dormí, había despertado poco tiempo después de que logré quedarme dormida, aunque en lugar de levantarme de la cama preferí quedarme ahí pensando sobre cierto castaño de sonrisa petulante.

Escuché a Peter maldecir y me levanté de un salto de la cama. Mientras subía las escaleras intenté peinar mi cabello para verme al menos un poco decente.

—¿Soy la única que recuerda que esta puerta está hechizada? —solté apenas abrí.

—Al parecer —sacudió su mano.

—Deberías quitar el hechizo, tú y Félix terminarán con el cerebro derretido —bromeé.

—¿Así que Félix es un visitante regular? Es una razón más para no quitar nada.

Sonreí al verlo pasarse una mano por el cabello, que en ese momento estaba húmedo, me seguía sorprendiendo la forma en la que él siempre lucía perfecto sin necesidad de esforzarse.

—No me mires así —dijo con una pequeña sonrisa—, me pone algo nervioso.

—¿Cómo te miro? —susurré.

—Con deseo —me guiñó.

—Eso quisieras —reí negando con la cabeza.

—Sí, eso quiero —dijo acercándose de forma peligrosa.

Retrocedí un paso atrás, ganándome una mirada de confusión por parte de Peter.

—No lo haré en estas condiciones, resultaría asqueroso —dije mientras cubría mi boca con mi mano.

—Oh, vamos —sonrió juguetón—. Recuerdo que en algún momento quise besarte sin importar que recién habías vomitado.

—Joder, Peter —mascullé avergonzada—. Eso es tan sucio.

—Podemos ser sucios juntos, tanto como lo desees —dijo arrastrando las palabras.

No me di cuenta en qué momento Peter había entrado pero ya se encontraba cerrando la puerta, acorralándome contra una de las paredes y haciéndome entrar en pánico.

—Basta, no te atrevas. No te acerques más mientras esté así —le advertí.

—¿Así cómo? —preguntó fingiendo inocencia.

—Tan... recién levantada. Esto es un asco, soy un asco —dije alejándome de él.

—Entonces fue una buena idea traerte esto —sonrió alzando una pequeña cesta.

—¿Qué es? —pregunté tratando de mirar el contenido.

—Provisiones —sonrió entregándomela—, para ti.

Pude distinguir pequeñas botellas con diferentes contenidos, junto con otros objetos que presumían ser de higiene personal. Me regañé mentalmente por estar concentrada admirando su belleza sin prestar atención a lo que traía con él desde el principio.

No te pertenezco Peter PanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora