Capítulo extra: Problemas en Neverland

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N/A: Deben saber que esta historia terminó en el capítulo 60, después de eso sólo he hecho fanservice. Sin embargo, no duden que le soy fiel a la historia y estilo que he manejado, no me estoy sacando simple relleno de la manga.

Clarisse:

Desperté una vez más por la sensación de frío, estiré mi brazo y sentí la cama vacía. Después de algunos segundos mi vista se adaptó a la oscuridad y pude ver a Peter entre penumbras, nuevamente estaba alejado de mí.

Él estaba acaparando las mantas, traté de cubrirme forcejeando para quitárselas pero Peter apretó su agarre. Solté la tela rindiéndome, suspiré pesadamente, froté mi nariz intentando calentarla un poco y pensé en que la isla nunca se había sentido tan fría. Peter Pan nunca había sido tan distante e indiferente como ahora.

—Sé que estás despierto —susurré.

Él se removió, cubriéndose más, pero sin responderme.

—Por favor no me ignores, Peter.

Lo escuché gruñir, después de un par de minutos en silencio finalmente me respondió.

—¿Qué quieres? —preguntó malhumorado, con la voz ronca.

Tragué saliva, sorprendentemente esa combinación lograba por alguna razón efectos estimulantes en mí.

—Me voy mañana —le recordé.

—Lo sé.

Su tono de voz era glacial, podría incluso congelar una fogata. Mordí mi labio, seguía sin acostumbrarme a que se comportara de esa manera.

—Pensé que querrías aprovechar mi insomnio —dije sugerente.

Mis ojos brillaron cuando dejó de darme la espalda, a través de la oscuridad distinguí una ceja arqueada con interés. Me miró en silencio, parecía querer comprobar que estaba hablando en serio.

—Necesitamos crear recuerdos para que te masturbes en mi ausencia —dije con falta de recato.

—No, gracias.

Mi animo decayó, estaba cansada de su actitud y aunque su enojo estaba justificado eso no significaba que lo aprobaba.

—Llevas una semana así —le reproché.

—¿Y?

Apreté mis labios, era irritante hablar con él. Desde que le había pedido visitar Storybrooke sólo me respondía con monosílabos, y eso sucedía cuando no estaba lo suficientemente molesto como para ignorarme.

—No quiero que estés enojado conmigo.

Por primera vez en días pude ver su gesto sin expresar dureza, siendo al menos por un segundo el pequeño Peter que se ocultaba detrás de la oscura armadura.

—Entonces no me dejes.

Mi corazón se estrujó, me sentía dividida entre ambos mundos. En la Tierra sin magia estaban mis padres, incluso otro hermano que aún no conocía, por otro lado en Neverland estaba mi nueva familia.

—Ya habíamos hablado sobre esto, Peter. Sólo serán un par de horas.

—Si eso quieres —respondió simplemente.

Estaba dolido, lo sabía a la perfección pero con el pasar de los años me pesaba más haber abandonado todo. Quería recuperar lo que tenía, recibir información cada cierto tiempo ya no era suficiente para mí.

—Ellos siguen siendo mi familia, tú no comprendes esta sensación de perdida —le recriminé.

—Sé lo que es perder a la única persona que amas —dijo mirándome a los ojos—, me pides que vuelva a dejarte ir.

No te pertenezco Peter PanWhere stories live. Discover now