Doble metedura de pata

2.2K 184 42
                                    

SPICE!
.
No... no sé qué es lo que siento ni qué demonios está cambiando dentro de mí.
.

...

-— ¿Estás seguro de que quieres pasar por aquí? Tardaríamos más en llegar a tu casa por la otra calle, pero no nos cruzaríamos con Rinto. —Me dijo Mikuo, intentando que cambiara mi opinión, pero negué con la cabeza.

— Necesito llegar a casa cuanto antes y tú también. —Le recordé, haciendo referencia a los apuntes que tenía que estudiar para mañana. Él sopló su flequillo y rodó los ojos.

— Júrame que no le harás caso. —Ante aquella promesa, le miré, y supe que sus serios ojos no estaban hablando en broma.

— Lo juro. —Prometí, sonriéndole levemente para intentar quitarle seriedad a su rostro. Él me devolvió a los pocos segundos la sonrisa y se puso a la cabeza, dándome la espalda—. Pero si insulta a mi hermana, no me haré cargo de lo que haga. —Susurré antes de trotar hacia él.

El corazón me bombardeaba con fuerza como cada vez que estaba a punto de meterme en un lío. Y no era por miedo, si no por la adrenalina que estaba a punto de dominarme si él soltara alguna gilipollez por su boca.

Oí como se reía justo cuando Mikuo y yo estábamos a unos cuantos pasos de cruzar por delante de ellos. Apreté mis puños y mantuve la mirada al frente. No mires, sigue adelante, no mires, no mires

— ¿Sabéis que es lo mejor? ¡Que tu ex te siga defendiendo de su hermano! —Me detuve en seco al oír esas palabras y volteé mi rostro hacia Rinto, cuya mirada y maliciosa sonrisa estaban sobre mí.

Me había visto y ahora intentaba cabrearme usando a mi hermana.

— Len, camina. —Oí la orden de Mikuo y como al poco me tomó de los hombros para obligarme a continuar.

— Le voy a romper la cara como siga hablando. —Amenacé entre dientes, frunciendo el ceño mientras continuaba andando.

— No le hagas ni caso. —Me susurró, pero era incapaz de centrarme.

— ¡Y por no hablar de la tía buena de su mejor amiga!

Aquella vez fue Mikuo quien se detuvo al oír esas palabras referentes a su hermana. Pero al contrario de mí, tomó aire varias veces para controlarse.

— ¿Es esa Miku? Porque no veas el culo que tiene y lo follable qu...

No me dio tiempo a detener a mi mejor amigo cuando él se volteó y ante aquellas palabras, se lanzó a por el idiota que había soltado aquél comentario, derribándolo al suelo.

— ¡Mikuo! —Grité, viéndole como sacudía el cuello de aquél chico mientras que el resto del grupo lo miraba sorprendido.

— ¡Repite lo que has dicho de mi hermana! —Gritó también. Yo me acerqué a él e intenté alejarle del chico sobre el suelo.

— ¡Suéltalo! —Dos de los amigos de Rinto se acercaron y empujaron a Mikuo hacia mí, pero mi mejor amigo logró equilibrarse antes de caer sobre mí. Noté cómo hervía la rabia en sus ojos.

Sabía lo protegida que tenía a su hermana, y más desde que ocurrió ciertos problemas en que ambos estuvieron metidos de cabeza.

— ¡No volváis a hablar de mi hermana! —Les gritó, y tuve que detenerle por los hombros antes de que volviera a hecharse sobre Yuma.

Si esto no fuera serio, me ocasionaría bastante gracia que fuera Mikuo quien me hiciera prometer que ignorara las palabras de Rinto y su grupo.

— ¿Y si no qué? —Aquella vez, Rinto salió de entre su grupo, con una maliciosa sonrisa y los brazos cruzados—. Cinco personas contra dos, Hatsune. ¿Te arriesgas?

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now