Devastación

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Spice!
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Todo fue demasiado mágico para ser real
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...

Miré algo preocupada a Miku y Luka, quienes miraban la partitura, cada una sentada a ambos lados del piano, alejadas. Mi amiga parecía concentrada con neutra expresión, pero Luka era la que más distraída se encontraba. La tensión era palpable en el aula de música donde nos encontrábamos, ultimando la canción a base de ensayos.

— Em... —intenté romper el hielo, carraspeando antes de posar mis manos en las teclas y forzar una sonrisa—, ¿estáis listas para empezar? —Me atreví a preguntar.

— Sí. —Contestaron con sequedad al unísono, alzando sus miradas para mirarse sorprendidas antes de desviarlas; Miku algo frustada y Luka, desgarrada.

Fantástico, esto no puede ir a mejor.

Suspiré internamente antes de hacer bailar mis dedos sobre las teclas de marfil, dando comienzo a la melodía.

Una semana había transcurrido desde la fiesta de Akaito y, al parecer, demasiadas cosas habían ocurrido en tan poco tiempo; entre ellas, la discusión en la fiesta que involucró a Miku, Anon y Luka. Ocurrió cuando yo me encontraba con Len, por lo que cuando mi amiga me lo contó un día después, me quedé helada y atónita. Aquellos besos que se dio con Anon, producto del momento, fueron vistos por una borracha Luka quién se entrometió, empujando violentamente a Anon para comenzar a insultarla a gritos e incluso llegó a agredirla hasta que Akaito y Mikuo entraron a separarlas. Nadie entendió nada, yo muchísimo menos; incluso pensé por un milisegundo que se trataba de alguna broma de mal gusto. Pero el lunes, cuando Anon me mostró el arañazo en su mejilla, supe que la ficción había superado la realidad.

Lo único que se me cruzó en ese momento fue que se trató de un ataque homófobo. Y aunque Luka se había disculpado públicamente y se veía arrepentida, el daño ya estaba hecho y los rumores esparcidos.

— No, no, no, esto no está funcionando. —Me detuve a mitad de la canción, suspirando con pesadez antes de pasar mi mano por mi rostro.

Jamás pensé que diría esto pero estaba siendo horrible oírlas cantar.  Sus voces estaban tan cargadas de rencor y tristeza que sonaban tan forzosas que me habían convertido una canción de amor en un réquiem.

Después de enterarme de que Luka había creado semejante caos, quise echarla del dúo y buscar a otra acompañante para Miku. Sin embargo, me sorprendí gratamente al oír a mi amiga rechazar la opción y pedir que ella siguiera. Pese a que tuvimos una pequeña discusión acerca de ello, acabó por convencerme a regañadientes.

— ¿Podemos detenernos aquí? —Luka habló con una mueca devastadora.

Torcí mis labios, observándola apenada. No quería desperdiciar un día de ensayo pero con el ambiente sabía que no adelantaríamos nada.

De reojo, vi cómo Miku la miraba con una seriedad desconocida para mí.

— Sí, claro. —Dije con pesadez, esforzando una sonrisa.

Luka lo agradeció en un susurro antes de guardar las partituras en su bolso y salir del aula con cierta prisa, dejándome con mi mejor amiga a solas.

—… Esto no va a funcionar, ¿cierto?

— Quedan tres semanas para el festival de fin de curso y aunque encontremos a alguien que pueda acompañarme, no nos dará tiempo a ensayar como es debido ni que memorice la canción.

Fruncí mis labios, juntando mis cejas antes de mirarla. Miku parecía haber envejecido y miraba distraídamente la partitura, como si quisiera hundirse en ella.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now