Akaito, ¿me ayudarías a ser una mujeriega?

1.4K 147 50
                                    

SPICE!

.
Dicen que la práctica hace la perfección.
.

...

— Y eso fue lo que pasó ayer.

Miré mis zapatos después de contarle a Miku la mini bronca que tuve con Len anoche y mi idea de ser una mujeriega. Alcé mi mirada y vi a mi mejor amiga observándome con las cejas juntas y una mueca de sorpresa.

— ¿Pero...? O sea, has pensado en... —Sacudió su cabeza de un lado a otro—. ¿Estás segura de que quieres seguir los pasos de tu hermano? Quiero decir, ser... una de ellos no es como querer algo. —Dijo y yo volví a bajar mi mirada. Ella tenía razón, sin embargo, era consciente de lo que yo dije en su momento.

— Quiero hacerlo, demostrarle que sí puedo juguetear con los tíos.

Miku me miró durante unos segundos, en silencio.

—Si quieres hacerlo está bien. —Logró decir poco después. Sonreí levemente y ella continuó hablando—: Aunque, ¿tienes idea de cómo empezar? —Me miró preocupada—. Además, no estás acostumbrada a... ya sabes. —Susurró, negando con la cabeza—. ¿Estás dispuesta a hacerlo con cualquier persona? 

Puse los ojos en blancos. Había pensado en ello, más o menos tenía esquematizado mis primeros pasos, no iría tan lanzada.

— Miku, no pienso hacer "eso" todavía. Empezaré suave. —Le avisé y noté cómo sus hombros se relajaron. Ella inclinó su cabeza hacia atrás, soltando otro largo suspiro—. Tengo experiencia. —Comenté, captando su curiosa atención—. He aprendido varias cosas con Rinto durante el año de relación.

— ¿Con Rinto? Pero si no habéis... ya sabes.

— Hemos hecho otras cosas. —Confesé en voz baja, avergonzada antes de esconder mi cabeza entre mis hombros. Miku me miró sorprendida antes de inclinarse hacia mí.

— ¿Hablas enserio? —Me preguntó, alucinando. Yo asentí lentamente, pensando lo exagerada que era su reacción—. Dios, no me lo hubiera imaginando nunca. —Vale, eso ha dolido un poquito. Joder, está diciendo lo mismo que Len—. O sea, Rin, te quiero la vida, pero no te veía siendo tan... ¿cuál es la palabra que busco? ¿salvaje? ¿juguetona?

Me tomaba el pelo. Respiré profundamente antes de volver a mirar mis pies. Nada tenía que ver mi apariencia con lo que hacía. Es decir, podía ser todo lo salvaje que quisiera y tener cara de ángel; lo primero se vería reflejado en mi actitud en todo caso. Además, Rinto siempre me decía que... bueno, mi cara de no haber roto un plato en la vida también lo podía usar como arma seductora. Sin embargo, necesitaba demostrarle a Miku que podía y lo haría, que no todo dependía de mi apariencia física.

Me alcé enseguida del suelo de la terraza, en donde habíamos subido para matar el tiempo de receso. Miku me siguió con la mirada, curiosa.

— ¿A dónde...?

— Voy a por Akaito. Te demostraré que no soy una inocente. ¡Tú sígueme y escóndete cuando nos veas en acción! —Le contesté antes de correr hacia la salida, sintiendo como la adrenalina recorría mis venas y mi corazón comenzó a palpitar con fuerza.

— ¡No me lo quiero perder!

Bajé de dos en dos las escaleras, mirando en cada pasillo por si encontraba la cabellera pelirroja de quien fue mi compañero de asiento en segundo año, cuando repitió, y era amigo fiel del idiota de mi hermano. Sin embargo, no daba con él. Genial, cuando más le necesito, no aparece.  A pesar de que era muy amigo de Len, también era un gran amigo mío. Compartimos un par de confesiones y fue una de las personas que me hacían reír cuando lo pasaba muy mal. Además, que de tantas veces que había entrado a casa por invitación de Len, su presencia no me molestaba. Cierto era que de primeras, mostraba un carácter egocéntrico y de típico chico malo.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now