Nostálgico atardecer

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Spice!
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Podría vivir sin ti, pero sería lo mismo que ver un cielo de noche sin estrellas
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...

Bostecé cuando salí del salón, observando con una mueca la copia de ese dicho examen de física, el último final que hacíamos. Afortunadamente, no fue tan difícil como pensé mas me había fastidiado que la dichosa sensei hubiera puesto tres preguntas de quince sobre la asquerosa inducción magnética. Demonios, si es que prácticamente me había inventado las respuestas a éstas. Aunque, bueno, algo de sentido tenían. Maldición, necesito saber si tengo alguna bien. ¿Dónde está Len?

Torcí mis labios y levanté los ojos de la hoja, buscando con la mirada a mi hermano entre los compañeros que se repartían por el pasillo, algunos eufóricos por haber acabo por fin los exámenes, otros preguntándose entre sí sobre las cuestiones que dudaron y una minoría lamentándose no haber estudiado. Lo divisé saliendo en ese momento del salón con Mikuo. Sus ojos se encontraron con los míos mas solo me dio tiempo a abrir la boca antes de que el hermano de Miku le empujara con prisa hacia las escaleras. Fruncí levemente el ceño, curiosa por saber a dónde irían con apuro.

— ¡Rinny! —Salí de mi mente, volteando mi rostro hacia atrás para encontrar a una sonriente Miku saliendo del salón—. ¿Qué tal te ha salido el examen de física?

— Es el único donde suplico sacar un simple suficiente, así que imagínate. —Respondí, forzando notablemente mi sonrisa—. Aun así, no voy a amargarme. Por fin hemos acabado los exámenes y cuando llegue a casa pienso hibernar hasta que llegue las pruebas de ingreso.

Ella rio suavemente, apoyándose junto a mí contra las ventanas del pasillo.

— No te olvides de nuestro gran debut en el festival de fin de curso, Rin. Es dentro de tres días.

Oh, mierda, cierto, maldije internamente antes de volver a bostezar.

— Argh, casi lo olvido. —Arrastré las palabras, frotando uno de mis ojos con pesadez. Rayos, cuánto añoraba dormir—. Pero ya tenemos todo preparado, ¿no? —Dije rememorando nuestras intensas prácticas, tanto en los recesos como en casa de Miku y mía, las cuáles compaginábamos con el estudio de los exámenes.

Podríamos decir que nos sabíamos la melodía y canción del derecho y del revés, con la pequeña coreografía que se habían marcado Miku y Anon, la cual era brillante y enternecedora. Incluso a Kamui sensei le llegó a emocionar cuando se la mostramos.

— Ajá. —Asintió, ladeando un poco su cabeza—. Dios, aún no me creo que estemos acabando la preparatoria y estemos con un pie en la universidad.

— Ni yo. —Sonreí perezosa antes de respirar profundamente y apoyar mi cabeza contra el cristal, dejando caer momentáneamente mis pesados párpados.

Iugh, me iba a poner cursi, pero estaba muriendo por llegar a casa, tumbarme encima de Len y que él me acariciara el cabello hasta que me durmiera.

— Por cierto, Rin...

— ¿Mmh?

— Ayer Luka me habló. —Mis ojos se abrieron de inmediato y miré a mi mejor amiga, quién solo observaba el suelo con una vaga sonrisa—. Me lo contó todo, absolutamente todo.

— ¿E-enserio? —Pregunté, sin creer que hubiera sido capaz de aquello. Miku asintió con su cabeza y yo junté mis cejas, pidiéndome hacer a la idea de la rabia y dolor que sintió a medida que leía.

— La entiendo, de cierta forma lo hago porque sé cuán duro es mostrarse cómo una persona es frente a la sociedad. Sin embargo —amplió su sarcástica sonrisa—, no te puedes ni imaginar la rabia que sentí. O sea, iba a ser un amor correspondido. Yo le gustaba a ella, le gustaba a una crush. Pero Luka fue tan cobarde, se dejó seducir con tanta facilidad, llevó todo aquello a semejante extremo que incluso dañó a Anon, además de hacerme sufrir a mí también. —Suspiró, echando su cabeza hacia atrás.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now