La libertad tiene el color de tus ojos

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Dedicado a -dominguixcidio (no sé xq se eliminó ni me deja nombrarte de nuevo :c)

SPICE!

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Porque puedo, porque quiero, porque debo y porque te necesito.

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Bebí el último trago de mi cuarta lata de cerveza antes de dejarla sobre la mesita y volver a atender el cuello de Neru. El efecto de la bebida ya comenzaba a afectarme y sentía como si nada me doliera. Neru, quién había tragado una lata de un tirón, rio tontamente antes de acariciar mi desnudo pecho. Ella tenía ya su camisa fuera, pero su sujetador intacto.

Por el momento.

— Alguien ha estado entrenando, ¿eh? —Me susurró y yo lamí su cuello antes de llegar a su oreja.

— El sexo ayuda a perder peso, ¿sabías? —Mi voz sonó grave. Mordí su lóbulo, logrando que gimiera.

— ¿Has follado con otras chicas acaso? —Me preguntó, y desatendí su oreja para mirarla a los ojos. Ella me sonrió bobamente, y yo le devolví la sonrisa.

Evidentemente lo había hecho. ¿Qué se creía, qué mi título de Don Juan se conseguía tirándose a una sola?

— Solo estás tú, mi rubia. —Le dije las ansiadas palabras que ella deseaba que soltara. Todas las tías querían oír eso de mí. Todas menos una.

Pero sacudí mi cabeza para olvidarme de ello y continué jugueteando con Neru.

Mi lengua recorrió su cuello nuevamente, pero cambió de rumbo hacia sus pechos, cubiertos por la tela de su sujetador. Mis manos fueron a su cierre, que desabroché enseguida. Cuestión de práctica, evidentemente. Tiré aquél molesto trapo y sonreí con malicia cuando tuve a mi vista sus pechos por tercera vez en esa semana. Antes de que ella dijera nada, besé uno de ellos y no resistí a morderlo. Ella gimió. Me gustaba esto.

Recorrí con mi lengua su plana tripa, deteniéndome en su ombligo, el que besé. Ella me acarició el cabello. No buscaba placer precisamente ahí. Neru era demasiado directa. No dejaba que me detuviera en algún punto de su cuerpo que no fuera de su cintura hacia abajo. Ni siquiera me dejaba jugar con sus senos aún.

Aunque me gustaba que fuera así.

Me detuve en el borde de su chándal y sonreí divertido antes de quitarle el pantalón lentamente, dejando ver su braga de encaje azul. Me relamí los labios y pasé mi dedo sobre sus segundos labios. Ella suspiró antes de morder su labio. Sonreí con malicia y decidí torturarla un poco. Me acerqué a las puertas de su paraíso antes de besarlos por encima de la tela. Ella dejó caer su cabeza hacia atrás y apartó sus manos de mi cabeza para apoyarse en sus antebrazos.

— Vamos a jugar... —Susurré antes de retirar su última prenda y empezar una larga noche que supondría una mezcla de dolor y placer para mi cuerpo.

Ø

Abrí lentamente mis ojos cuando los primeros rayos del sol impactaron con mi rostro. Por unos segundos, no lograba saber dónde me encontraba y la cabeza me daba mil y una vueltas, pero cuando enfoqué la ropa tirada por el suelo, todos los recuerdos llenaron mi mente. Suspiré con pesadez antes de frotarme el rostro y levantarme poco a poco, quejándome en pequeños susurros. Iba a ser la última vez que hiciera el amor malherido, ¿cómo narices había sido capaz siquiera de pensarlo?

Recogí con un suspiro mi ropa, la cual había llegado a cada rincón de la habitación, antes de ir hacia el baño y darme una rápida ducha. Lo que más me gustaba de Neru, por no decir lo único, era su sueño, el cual era pesado. Ya podía volar un avión cerca de su casa que ella seguiría roncando.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now