I. C A P Í T U L O E X T R A

768 60 25
                                    

I. Dale duro

.
Rocé el paraíso en esa noche de no parar contigo
.
.

..

Estando Rin encima de mí, agarré su culo con mis dos manos, apretándola contra mi cuerpo con la desesperación de sentir un abismo entre nosotros con la mínima distancia, mientras nuestras bocas no dejaban de degustarse, ansiosas y salvajes tras encontrarnos de nuevo después de pesadas semanas.

Sentí sus manos peinar mi flequillo hacia atrás con suavidad antes de separar nuestros rostros para respirar. Sus ojos brillantes se abrieron, encontrándose con los míos y su sonrisa volvió a cegarme y enloquecerme. En esos segundos no nos hizo falta ni una sola palabra, solo bastó las miradas, las sonrisas y sus manos sin dejar de acariciar mi cabello.

— Menos mal que no te lo volviste a cortar. Ya no me acordaba de lo guapo que eras con el pelo largo. —Bromeó, haciéndome retener la risa antes de besarla una vez más.

— Te hice sentir la más guapa de los dos durante unos meses, siéntete agradecida. —Susurré cerca de su boca y ella arqueó una de sus cejas, esbozando una torcida sonrisa.

— Es el mejor chiste que has contado en tus veinte años de vida. —Arrugó ligeramente su nariz, paseando una de sus manos por mi mejilla, con esa ternura y calidez que tanto extrañé.

Iba a besarla de nuevo, a colocarla bajo mi cuerpo, a degustar cada centímetro de su piel y envolverme de su aroma cuando un dichoso sonido nos interrumpió en el mejor momento.

— ¡Ah, es mi móvil! —Exclamó, alejándose de mi cuerpo para sentarse a mi lado y estirar su brazo, alcanzando su IPhone que descansaba en la mesita, junto al cuadro que enmarcaba una foto bastante especial donde los tres salíamos riendo frente a la cámara en lo que fue el mejor día de nuestras vidas donde tía Lily estaba como una diosa en ese increíble vestido de novia blanco impoluto, Rin en ese vestido de infarto que dejaba al aire su espalda y yo en un traje rojo escarlata cuya chaqueta había dejado olvidada en algún lugar.

— ¿Sí? ¿Qué ocurre, Cul? —Alargó su sonrisa cuando cogió la llamada, escuchando la respuesta tras la línea.

Yo no aparté ni por un segundo la mirada de ella, quedándome embobado mientras trataba de hacer entender a mi mente que esto no era ningún sueño, que lo estábamos viviendo de verdad, que era real el hecho de que Rin y yo ya estábamos por cumplir tres años de una relación que prometía ser eterna.

— ¿Qué te pase los apuntes de microbiología? —Preguntó con cierta sorpresa y yo junté mis cejas, acomodándome junto a ella—. Pero los exámenes del primer cuatrimestre ya acabaron, ni siquiera hemos empezado las clas… —Dejó de hablar cuando su amiga la interrumpió y enseguida frunció sus labios—. Ah... —Carraspeó, reteniendo su carcajada antes de mirarme a mí durante unos segundos—. Así que los quieres porque estás segura de que suspenderás y quieres estudiar ya para las recuperaciones. —Se mordió el labio inferior, aunque no duró mucho antes de soltar una pequeña carcajada—. Bien, bien, perdón, ya dejo de reírme. Ahora te envío los apunt-¡Ah!… —Pero cuando la vi levantarse, no tardé en sujetarla de la cintura y empujarla suavemente hacia mí, sentándola entre mis piernas y atrapándola entre mis brazos.

Elevó su mirada sorprendida y yo le sonreí con picardía, tomando su móvil sin despegar mis ojos de los suyos.

¿… in? ¿Hola? ¿Por qué has gritado? ¿Te has caído? ¿Te encuentras bien? ¿Qué ha pasado, Rinny? ¿Por qué no escucho nada? ¿Dónde está tu maravillosa voz? ¿Y mis apuntes? —Escuché cómo su amiga preguntó seguidamente sin apenas respirar y carraspeé, preparándome para hablar.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now