Besayúname

1.2K 81 44
                                    

Spice!
.
Que el deseo nos desnude y que nada pueda pararnos
.


...

Sentado sobre el alféizar, hice bailar ligeramente el cigarro que colgaba de mis labios mientras revisaba en mi móvil que la agenda estuviera libre de las decenas y decenas de números que había estado acumulando desde tiempo, escribiendo aquél maldito punto y final a un reciente pasado que supe, seguiría escociendo. Pero ya no habría más fachadas falsas, ya no habría más sexo de falso amor, ya no habría más mentiras, ya no habría más dolor, ya no habría más inmadurez, ya no existiría aquél hijo de la mierda que fui.

Alejé el cigarro de mi boca, dejando que el espeso humo fluyera por mi boca y nariz, flotando hacia la ventana de mi habitación, abierta de par en par, tras empañar tímidamente mis gafas. Miré la pantalla de mi móvil una vez más, con mi dedo bailando vacilante sobre la opción de eliminar aquél jodido contacto. Ia, ella era la última perrita que continuaba en mis contactos y la que seguía deambulando por mi mente debido a su extraña actitud a primera hora de la mañana.

Fruncí el ceño, colocando de nuevo el cigarro en mi boca antes de apoyar mi cabeza en el marco de la ventana.

Después de solo cuatro horas de sueño, Rin y yo tuvimos que alzarnos a regañadientes para despedirnos de la agradable Galaco y la desagradable Ia. Pese a que tenía sueño no estaba peor que mi melliza (quién había luchado porque sus ojos no se cerraran mientras la crush de tía Lily nos agradecía nuestra acogida) y pude apreciar cómo Ia ni siquiera miró a Rin pero sí me sonrió ampliamente, con su oscura y peligrosa mirada en la mía, haciéndome estremecer.

— Mmh...

Aquél suave y conocido gemido hizo estallar mi burbuja, haciendo que de inmediato, dirigiera mi rostro hacia mi cama, donde una osa perezosa se revolvía bocabajo con su fina camisa levantada sobre su ombligo y una de sus tentadoras piernas asomándose bajo mi sábana verde. Levantó su cabeza de mi almohada, frotando uno de sus ojos antes de abrirlos con pereza, dirigiéndolos hacia mí.

Sonreí como un idiota al contemplarla recién liberada de los brazos de Morfeo, con aquella divertida expresión en su rostro.

— Buenos días, mi dormilona. —Saludé con suavidad, dando otra calada antes de sacudir las cenizas sobre el porta lápices vacío.

Ella continuó observándome con un leve sonrojo antes de dejar caer de nuevo su rostro contra mi almohada.

— Me molesta el sol. —La oí farfullar adormilada y amplié mi sonrisa, dejando caer mi cigarro acabado en el portalapizes y dejar escapar la última niebla grisácea.

Contacto eliminado

Dejé mi móvil sobre el alféizar tras bloquearlo y bajé de un salto, estirando mis brazos mientras me acercaba a mi cama.

— Deberías levantarte ya, Rinny. —Canturré, sentándome junto a su cuerpo antes de pasar mi mano por su descubierta espalda, notando cómo su piel se erizaba ante mi contacto.

Mas no me dejó a hacer gran cosa cuando cubrió por completo su cuerpo con mi sábana, escondiéndose.

— Cállate.

Fruncí mis labios para evitar reír antes de dejar caer son suavidad mi frente sobre su espalda.

— Venga —alargué la última vocal—, quiero besarte... —Pedí con mi voz más grave, disfrutando enormemente de cómo se estremecía.

Aunque no duré mucho, enseguida noté cómo se removía y levanté mi cabeza. Rin se había volteado antes de sentarse y retirar la sábana, mostrándome su cabello revuelto, su frente ligeramente arrugada, sus ojos entrecerrandos fulminándome, sus mejillas infladas y coloreadas y sus labios en un tierno puchero.

SPICE! | RiLenWhere stories live. Discover now