Cuando habla el Corazón 2 (chico x chico)

Capitulo 14

Julian se tumbó en la cama y se hizo un ovillo sin intentar controlar las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. Se sentía desesperado y por más vueltas que le daba no encontraba una salida a aquella situación. Decir la verdad o no... en realidad no era tan sencillo. Kei nunca lo perdonaría y no estaba preparado a perderlo incluso si el chico rubio decidía no matarlo después de todo.

¿Cómo había podido pensar que podía fingir y actuar como si no hubiera pasado nada? Todo terminaba fluyendo de manera natural, no podía simplemente ocultarlo, pero tampoco podía decírselo, ¿qué hacía? Posiblemente si se alejaba de Kei, el chico rubio no iría a buscarle y ahí se acabaría todo. Nunca tendría que decirle lo ocurrido en Rusia, su responsabilidad en la muerte de personas a las que quería, por las que se sentía culpable y por quien iba a volver a luchar. No, no tendría que decir nada y estaría seguro... seguro pero sin Kei.

Julian ahogó un sollozo y apretó con más fuerza las rodillas en el pecho, buscando algo de consuelo en el dolor de la espalda. Ya ni siquiera sentía las uñas en las palmas de la mano.

—No puedo.

No, no podía; prefería morir a estar sin Kei. Ya sabía lo que se sentía estar sin él y no quería volver a vivir así. Lo necesitaba, lo quería... y esa decisión lo estaba destrozando. Sin darse cuenta había comenzado a llorar con fuerza y no podía controlar la manera que las lágrimas se deslizaban por sus mejillas y difícilmente controlaba los sollozos.

—Julian.

Julian abrió los ojos de golpe, perdiéndose en la oscuridad de la habitación de Kei, sorprendido de sentir el calor de un cuerpo a su lado. Al final el llanto le había sumido en un intranquilo sueño y aún podía notar la necesidad de seguir llorando. Ni siquiera sabía la hora que era y su cuerpo no le animaba a moverse y apartar los brazos de Kei que se aferraban a su cintura.

—¿Te he despertado?

Julian intentó controlar un sollozo y sacudió la cabeza como mejor pudo, notando la calidez del aliento del chico rubio en su cuello.

—Me quedé... dormido.

—Ya me he dado cuenta.

Los brazos de Kei se aferraron con más fuerza en su cintura y sus labios acariciaron su piel, besándole el cuello y la oreja, sin soltarlo. Julian sintió un nuevo espasmo de remordimientos y se mordió el labio con fuerza hasta sentir el sabor salado de la sangre. La ternura de Kei era una tortura, la manera que acariciaba su espalda o los dulces besos de aquel momento, antes de aferrarlo un poco más y apretar su espalda contra el pecho de Kei.

—Sólo duerme —dijo suavemente, como un bálsamo.

—Hm.

Julian no se atrevió a llevarse las manos para secarse las lágrimas, no tenía valor para que Kei notara que estaba llorando y se encogió un poco, ésta vez incapaz de hacerse un ovillo por el cuerpo del chico rubio pegado al de él.

—¿Estás llorando?

Julian no se dio prisa en responder, incapaz de controlar las sacudidas del llanto y esta vez dejó escapar un solozo que ya salía de su pecho y hundió la cara en las manos cuando Kei lo solttó, incorporandose y Julian aprovechó para volver a encogerse.

—¿Qué es lo que ocurre?

Julain deseó poder apartar la mano que acarició su cabeza pero en vez de ser un ayuda, acda palabra, cada roce de Kei se hacia más y más difícil y comenzaba a resultarle complicado respirar.

—Julian.

Kei se movió en la cama, incorporándose y encendió una luz antes de volver a inclinarse hacia él y le obligó a levantar la cabeza y mover el cuello para que su rostro y ojos enrojecidos quedaran a su vista. Julian trató de soltarse, pero la mano de Kei sujetaron su barbilla con fuerza.

—¿Qué es lo que ocurre? —insistió.

Julian sacudió débilmente la cabeza.

—Estoy —sorbió con esfuerzo por la nariz e hizo otro intento de soltarse— bien.

Los penetrantes ojos oscuros del chico rubio lo observaron unos instantes más antes de soltarle y permitir que escondiera el rostro bajo la almohada.

—Julian no estoy de humor para adivinanzas.

—Sólo... será un momento —murmuró, secándose continuamente los ojos con la manga—. Un momento.

Julian creó que Kei se levantaría y se iría y se sorprendió de escuchar como el chico rubio apagaba la luz y se acurrucaba a su lado, volviendo a abrazarlo con un brazo mientras que con la otra mano acariciaba su espalda continuamente.

—Kei... —sollozó.

Julian no recordaba cuando se había quedado dormido finalmente, ni cuando dejó de llorar, pero en su mente estaba muy bien grabado la sensación de la mano de Kei acariciando dulcemente su espalda hasta que se había dormido. Aún podía sentir la tibieza de su aliento en su cuello, los fuertes dedos de su mano apretados en su cadera... pero no recordaba haberlo escuchado levantarse y salir de la habitación.

Con esfuerzo, Julian se levantó de la cama. Sentía la cabeza como si fuera a explotarle y no enfocaba lo suficiente cuando consiguió encontrar un espejo, averiguando que sus ojos tenían un lamentable aspecto. No sabía lo que le había ocurrido a la noche. Ver a Kevin y hablar con él le había hecho recordar lo miserable y mezquino que era y todo lo que podía perder si abría la boca y había entrado en pánico.

—Me diculparé con Kei —murmuró, frotándose un poco más los ojos e intensificando el color rojizo. Suspiró derrotado y salió algo cohibido de la habitación. Imaginaba que sus padres estarían como locos—. También me tendré que disculpar ahí.

Aunque imaginaba que en casa sería aún más difícil.

—¡Pequeñín!

Oshi se abalanzó sobre él y prácticamente lo estranguló, rodeándole el cuello con los brazos y comenzó a froytar su mejilla contra la de Julian.

—Oshi...

—¡Sálvame, Julian! ¡Rykou es malo y me da mucho miedo!

Julian miro de refilón el rostro sombrío del japonés un segundo antes de que se alejara hacia la cocina.

—Oshi... ¿dónde está Kei?

La casa parecía terriblemente vacía.

—¿Kei? —Oshi pareció pensarlo, liberándolo y se llevó un dedo a los labios, mostrándose realmente pensativo—. Se levantó muy raro y dijo que iba a ver a tu psicóloga o algo así...

Julian sintió que se le congelaba toda la sangre en las venas y dejó de escuchar a su amigo, girándose completamente hacia la puerta de entrada.

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Lo subo sin corregir que estoy agotada xD

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