Capitulo 3

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—Ya es suficiente.

Julian mantuvo la cabeza gacha y la mirada fija en el suelo cuando percibió los pasos de Kei a lo largo de la habitación. Podía sentir el tum-tum de su corazón como si una locomotora estuviera pasando por su cabeza en esos momentos. Tenía ganas de vomitar y la mezcla de miedo y culpa se entrelazaba con tanta fuerza que parecía que iba a romperse en cualquier momento.

—¿Qué? —protestó Oshi infantilmente, cruzándose de brazos mientras hacía un puchero—. Sólo estaba haciendo trabajo de información.... Yo digo una cosa, él dice otra cosa... ¡Ahora le tocaba a Julian hablar! ¡Oh! Ya sé, Kei, Tienes envidia y quieres participar, ¿eh? —Apartó los brazos del cuerpo y comenzó a dar palmaditas en el suelo, a su lado—. Vamos, vamos, siéntate con nosotros. Julian estará encantado de tenerte cerca, ¿verdad? ¿verdad?

Julian ni siquiera se movió cuando el japonés lo agarró de la manga y comenzó a tirar de ella. Deseaba llevarse las manos a las orejas y no escuchar nada. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que haber pasado eso?

—Oshi.

Julian abrió mucho los ojos cuando escuchó la voz de Kei cerca de ellos, prácticamente a su espalda pero no se atrevió a levantar la cabeza.

—Dime, dime, si quieres empezar tú primero; no nos importa.

—¿Por qué no vas a hacer compañía a Rykou mientras hablo con Julian?

—¿Hm? —Julian se atrevió a levantar un poco la cabeza. Hablar con Kei... en ese momento no se sentía preparado para hablar con él... aunque no creía poder estarlo nunca, y miró a Oshi. Aún mantenía esa sonrisa traviesa en los labios pero su mirada se había endurecido—. ¿Por qué me tengo que ir yo con Rykou mientras tú te quedas a Julian sólo para ti? ¡No es justo!

—No es como si yo te quisiera tener cerca.

La voz de Rykou se escuchó al otro lado de la habitación. A diferencia de Kei, él no se había movido de la ventana.

—Ya está el aguafiestas haciendo su trabajo.

Oshi se llevó dos dedos a la frente y comenzó a hacer muecas mientras le sacaba la lengua a su amigo.

—Iré a ver el estado de la cocina y haré la lista de lo que vamos a necesitar.

—Y tú irás a ayudarlo, ¿verdad, Oshi?

Julian casi dejó de respirar cuando la mano fuerte de Kei lo sujetó por el brazo y lo levantó a la fuerza. Oshi no se movió del suelo, aunque no dejó de mirara a Kei tras él.

—¿Por qué tendría que hacer algo tan aburrido como eso?

—¿Oh? ¿Por qué dices eso? —Julian sentía el aliento calido de Kei en su mejilla y no se atrevió a girar la cabeza, ni siquiera desvió la mirada del rostro del japonés—. Estoy seguro que no pensabas de la misma manera cuando pasaste todo el tiempo de recuperación de Rykou sin moverte de su lado —La sonrisa de Oshi se borró completamente, de golpe y mantuvo su mirada de piedra—. Me pregunto qué opinaría él de algo tan tierno...

Oshi siguió mirando a Kei en silencio unos instantes y después puso las manos en el suelo, haciendo presión para levantarse.

—¡Vale, vale! Lo he pillado, ¿de acuerdo? Tus métodos de persuasión son la ostia, tío —Se sacudió el pantalón exageradamente, varias veces y hasta le dedicó especial interés a la parte de las zapatillas, llegando al punto hasta de frotar los extremos—. ¡Cómo sabía que tendrías que sacar eso en algún momento!

—Todos tenemos nuestras debilidades.

—Y ahora la usarás para el resto de mi vida.

Parecía a punto de sufrir un berrinche. Julian no dudaba que Oshi tuviera el valor de comenzar a patalear el suelo y a lloriquear como un niño de tres años.

Cuando habla el Corazón 2 (chico x chico)Where stories live. Discover now