Capítulo 23 - El beso en el tejado

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◆MATT◆

02 DE AGOSTO DEL 2011

Doy unos pasos hacia atrás, acomodándome para hacer la recepción, y la bola que Adrián lanzó hacia mí unos segundos antes golpea el centro de mi guante con un ruido sordo. Se la lanzo de regreso, la pelota describe una parábola en el aire antes de ser atrapada por él. Le hago una seña para indicarle que hemos acabado. Los demás se fueron un rato antes a las duchas, por lo que él y yo decidimos quedarnos a hacer un par de lanzamientos extras en lo que la gente despejaba el área. Supongo que ya varios habrán terminado y podremos ducharnos sin problema.

Espero a que Adrián me alcance mientras me llevo una mano al hombro contrario de esta y comienzo a hacer girar mi brazo en círculos, destensándolo.

Mi hermano —dice en español, echándome una mano a la espalda donde da unas rápidas palmadas—, no sé si te diste cuenta, pero si las miradas mataran en este momento te estaríamos metiendo en una caja.

Le doy una falsa sonrisa de medio lado, sabiendo de antemano que lo dice por la fija mirada molesta que ha tenido la prima de su novia sobre mí durante todo el entrenamiento. Bueno, a la mierda, ella no va a venir a ponerme incómodo. Bien podría irse a cualquier sitio y no estar rondando por aquí.

—Ella parece una leona acechando a un antílope —prosigue—. Y me temo que tú eres el antílope.

Comenzamos a caminar hacia el dogout.

—Bueno, yo no me siento como un jodido antílope —digo, enviándole una rápida mirada a la morena.

—Pero ella es una buena cazadora, Matt —insiste, por lo que le doy una mala mirada.

—Hasta a la mejor cazadora se le escapa el pene —él abre la boca y yo hago una mueca de fastidio—. Sé lo que ella quiere de mí, pero sé que no se lo voy a dar también. En otro momento de mi vida quizás lo habría hecho Adrián, me habría liado con ella sin problemas, pero no ahora.

—Porque tienes una novia —añade—. Y por eso me veo en la necesidad de decirte cómo es Jessie. Alexis me agrada aunque sea un poco seria con todos... Nos llevábamos bien cuando éramos pequeños, antes de... bueno, de las cosas que pasaron con su familia.

Me encojo de hombros, no queriendo tocar el tema de Lena estando embarazada porque realmente Adrián me cae bien y no me gustaría saber que él y su familia pudieron ser parte de la gente idiota que criticó a Lena.

—Bueno, no sé si tengo una novia con exactitud, Adrián. Pero aunque no negaré que ella guarda cierta relación en mi decisión de ignorar a Jessie, creo que lo hago primordialmente por mí. No quiero ser como mi padre. Tú no lo conoces... —suspiro, frustrado—. El asunto es que alguna vez pensé que era genial ser todo un puto como Arthur Adams y vivir una vida que parece realmente divertida con mujeres y sin compromisos. Pero entonces me di cuenta de lo miserable que es el viejo a pesar de rodearse de tantas mujeres bonitas y falsos amigos, él es tan obstinado que nunca lo admitiría en voz alta... pero yo lo vi. Y me vi a mí mismo reflejado en él, cuando lo vi pensé que estaba avistando mi futuro y esa mierda me asustó, pero también creí que no podía hacer nada para cambiarlo porque estaba en mis genes, así que pasé los últimos seis meses resignado a seguir sus pasos... hasta que vine aquí.

Nos detenemos en la entrada del dogout y él me da una mirada extraña, por un segundo me maldigo porque lo menos que deseo es recibir lástima, pero entonces sé que no es eso lo que hay en su mirada, es entendimiento.

—Nadie tiene por qué seguir los pasos de sus padres solo porque comparten ADN. Las cadenas se pueden romper. Mi padre es un bastardo que hoy se encuentra en prisión después de casi matar a golpes a mi madre, pero sé que no soy igual que él. Yo sé que no podría poner un solo dedo encima a Carito para dañarla de la forma en la que él hacía con mamá.

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